Levántate y vete tú fe te ha salvado
Hora Santa
Parroquia de San Pío X
Se reza la Estación del Santísimo Sacramento…
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 17,11-19
En aquel tiempo, Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús maestro, ten compasión de nosotros”
Al verlos Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes” mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postro a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al Samaritano “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”
Palabra de Dios
Meditamos unos momentos y en silencio compartimos.
La Eternidad no será aburrida
PP. Francisco
Son muchos los cristianos que no conocen la alegría. Si aprendieran a salir de sí mismos y a dar gracias a Dios, “comprenderían realmente esa alegría que nos hace libres” este fue el núcleo de la homilía del Papa Francisco en la celebración Eucarística del 31 de Mayo, fiesta de la visitación.
Las dos lecturas del día –apuntó el pontífice refiriéndose a Sofonías (3, 14-18) y al Evangelio de Lucas (1,39-56)- nos hablan de alegría, de gozo: “alégrate, grita de alegría”, dice el Sofonías. Grita de alegría. ¡Es fuerte esto! “El Señor está contigo”; no temas: “No dejes caer los brazos”. El Señor es poderoso; se alegrará por ti” Y en el relato evangélico, la alegría caracteriza la visita de María a Isabel. El Papa se fijó en ese “salto del niño en el seno de Isabel”, revelado por ésta a María: “He aquí que en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno”
“Todo es alegría. Pero nosotros cristianos –indicó el Obispo de Roma- no estamos muy acostumbrados a hablar de alegría, de gozo. Creo que muchas veces nos gustan más los lamentos. ¿Qué es la alegría? La clave para comprender esta alegría es lo que dice el Evangelio: “Isabel fue colmada de Espíritu Santo” Es el Espíritu Santo quien no da la alegría”.
El Papa hablo de otro aspecto de la alegría que nos viene del espíritu, “Pensemos –dijo- en ese momento en el que la Virgen y san José llevaron a Jesús al templo para cumplir la Ley” Estaban también allí dos ancianos; pero el Evangelio no dice que estos fueron allí para cumplir la Ley, sino más bien impulsados por la “fuera del Espíritu santo. El Espíritu les condujo al templo” De modo que, ante Jesús, “hacen una oración de alabanza: éste es el Mesías, ¡bendito sea el Señor! Y hacen también una liturgia espontanea de alegría” Es la fidelidad madurada durante tantos años de espera del espíritu santo lo que hace que “este Espíritu venga y les dé la alegría”.
“Es precisamente el espíritu quien nos guía. Él es el autor de la alegría, el creador de la alegría. Y esta alegría en el espíritu nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, nosotros, cristianos, no podemos llegar a ser libres. Nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas” constató; en cambio, la alegría cristiana deriva precisamente de la alabanza a Dios, “Qué es este alabar a Dios?”, se preguntó el Papa. “Alabanza a Él gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da” fue su respuesta. Y “la eternidad será esto: alabar a Dios. Pero esto no será aburrido, será bellísimo. Esta alegría nos hace libres”
El Papa concluyó con una observación: “Es precisamente la Virgen quien trae las alegrías. La Iglesia la llama causa de nuestra alegría, causa nostrae letitiae. ¿Por qué? Porque trae nuestra alegría más grande, trae a Jesús. Y trayendo a Jesús hace que “este niño salte de alegría en el seno de la madre” Ella trae a Jesús. Ella con su oración hace que el Espíritu Santo irrumpa. Irrumpe ese día de Pentecostés; estaba allí. Debemos rezar a la Virgen para que al traer a Jesús nos dé la gracia de la alegría, de la libertad; nos dé la gracia de alabar, de hacer oración de alabanza gratuita, porque Él es digno de alabanza, siempre”
Oremos el santo Rosario por los no nacidos.
Padre celestial durante este tiempo de crisis mundial, permite que todas las almas encuentren su paz y seguridad en tu Divina Voluntad. Otorga a cada alma la gracia para entender que tu Voluntad es el Amor santo en el momento presente. Padre Benévolo, ilumina cada conciencia para que vea las formas en que no se está viviendo en tu Voluntad. Concede al mundo la gracia para cambiar y el tiempo para hacerlo. Amén.
Divino niño Jesús al rezar este Rosario te pedimos que quites del corazón del mundo el deseo de cometer el pecado del aborto. Quita el velo del engaño que Satanás ha puesto en los corazones, el cual presenta a la promiscuidad como una libertad y vela lo que en realidad es: una esclavitud al pecado. Coloca en el corazón del mundo un renovado respeto por la vida desde el momento de la concepción. Amén.
Se recita el Credo…
Misterios Gozosos.
1er. Misterio. La Anunciación.María sintió confusión por el saludo del Ángel sin embargo se regocijo por cumplir la Voluntad de Dios. Oremos para que los que estén cruzando por penas o dificultades por sus embarazos reciban la gracia de confiar en la Voluntad de Dios.
Padre nuestro… Diez Avemarías…
Jaculatoria: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados líbranos del fuego del infierno lleva a todas las almas socorre especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia.
¡Jesús protege y salva a los No nacidos!
María protectora de la fe y refugio del Amor Santo: ¡ven en mi auxilio!
Corazones unidos de Jesús y María ¡triunfen y reinen!
2do. Misterio. La Visitación. Juan el Bautista salto de gozo, en el vientre de su madre. Oremos para que la gente comprenda que el aborto no se trata sobre niños que “pueden” venir al mundo, sino sobre niños que ya están en el mundo viviendo y creciendo en el vientre de sus madres y los cuales serán asesinados.
Padre nuestro… Diez Avemarías…
Jaculatoria: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados líbranos del fuego del infierno lleva a todas las almas socorre especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia.
¡Jesús protege y salva a los No nacidos!
María protectora de la fe y refugio del Amor Santo: ¡ven en mi auxilio!
Corazones unidos de Jesús y María ¡triunfen y reinen!
3er. Misterio. La Natividad. Dios mismo nació como un niño. La grandeza de una persona no depende del tamaño, puesto que el Rey de reyes recién nacido es pequeño. Oremos para que la amenaza de aborto contra los no nacidos que no alcanzan tamaño adecuado sea eliminada.
Padre nuestro… Diez Avemarías…
Jaculatoria: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados líbranos del fuego del infierno lleva a todas las almas socorre especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia.
¡Jesús protege y salva a los No nacidos!
María protectora de la fe y refugio del Amor Santo: ¡ven en mi auxilio!
Corazones unidos de Jesús y María ¡triunfen y reinen!
4to. Misterio. La Presentación. El niño es presentado en el templo porque el niño pertenece a Dios. Los niños no le pertenecen ni a los Padres ni a un gobierno. Ellos y todos nosotros, le pertenecemos a Dios.
Padre nuestro… Diez Avemarías…
Jaculatoria: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados líbranos del fuego del infierno lleva a todas las almas socorre especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia.
¡Jesús protege y salva a los No nacidos!
María protectora de la fe y refugio del Amor Santo: ¡ven en mi auxilio!
Corazones unidos de Jesús y María ¡triunfen y reinen!
5to. Misterio. EL hallazgo de Jesús en el Templo. El niño Jesús estaba lleno de sabiduría, porque Él es Dios. Oremos para que toda la gente pueda ver la sabiduría de sus enseñanzas sobre la dignidad de la vida y podamos aprender que sus enseñanzas no son una opinión, sino que son verdad.
Padre nuestro… Diez Avemarías…
Jaculatoria: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados líbranos del fuego del infierno lleva a todas las almas socorre especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia.
¡Jesús protege y salva a los No nacidos!
María protectora de la fe y refugio del Amor Santo: ¡ven en mi auxilio!
Corazones unidos de Jesús y María ¡triunfen y reinen!
Oremos:
Oh Dios cuyo unigénito Hijo con su Vida, Muerte y Resurrección nos alcanzo el premio de la Vida Eterna, concédenos, a los que recordamos estos misterios del santo Rosario, imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen, por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh María Madre de Jesús y Madre nuestra nos dirigimos a Ti en este día, ya que fuiste Tú la que dijiste: “Si” a la vida. “Concebirás y darás a luz a un Hijo” dijo el ángel. Sin importar la sorpresa y la incertidumbre que esto te causaría. Tu dijiste “Si” Hágase en mi según tu palabra”
Santa María, oramos hoy por todas las Madres que tienen miedo de ser Madres. Oramos por todas las que se sientan amenazadas y abrumadas por sus embarazos. Intercede por ellas, para que Dios les conceda la gracia de poder decir “si” y el valor de llevar a plenitud su embarazo. Que reciban la gracia de rechazar la falsa solución del aborto. Que puedan decir como tú “Hágase en mi según tu palabra” Que puedan vivir y sentir la ayuda de todos los cristianos y sepan que la paz vienen de hacer la Voluntad de Dios.
Oremos.
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la palabra
Para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos,
Saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor.,
Para que podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de Él a creer en su Amor,
Sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz,
Cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.
Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado
Recuérdanos que quién cree no está nunca solo
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús,
Para que Él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso,
Que el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Franciscus
¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!