San Fernando III de Castilla y Santa Juana de Arco, 30 de mayo.

San Fernando III de Castilla y Santa Juana de Arco, 30 de mayo.

San Fernando y Santa Juana de Arco.

Su etimología: “Atrevido en la paz” en godo.

Nació en una localidad cerca de la ciudad de Salamanca, España en el año 1199, El muere en el año 1252 y es coronado como rey de Castilla en el año de 1217, asumiendo el nombre de Fernando III.

A los quince años, mientras es proclamado por las Cortes españolas heredero del reino, es confirmada la anulación del matrimonio real de sus padres. Se recluye Doña Berenguela en el Monasterio de Las Huelgas, en Burgos, donde Fernando la visitará con frecuencia.

Se casó con Beatriz, nieta de Federico Barbarroja, el luchó con gran vehemencia contra los moros, uno de sus grandes  logros es la unificación de León y Castilla.

Un accidente casual que le ocurre a su tío Enrique I le hace rey de Castilla, apenas cumplidos sus dieciocho años. La verdadera heredera de la Corona de Castilla es su madre, pero en esta ocasión brillan de manera singular las grandes dotes de esta excepcional mujer:

España como tal lo recuerda como un caballero, gran estratega militar, gobernante justo, mecenas de las artes y la religión, una gran virtud lo distinguió “su discernimiento” político.

Al terminar la Cruzada y Reconquista con la entrada triunfal en Sevilla, mientras una primera expedición castellana pone pie en África y nuestro rey planea el paso del estrecho y asentamiento definitivo en aquel continente, cae herido de muerte, por agotamiento de pesares y trabajos continuados.

Al saber próximo su fin e imitando a los grandes penitentes, postrado sobre un montón de cenizas, con una soga al cuello, pide perdón a todos los presentes, dando sabios consejos a su hijo y deudos, con la candela encendida en la mano.

La tradición de la Religión, en este caso la Iglesia, lo reconoce  por su piedad mariana y su ascetismo, esa búsqueda de Dios lo lleva hacia la piedad a los  pobres.

El Papa Clemente X lo en el año 1671. En la Iconografía se le presenta como rey o militar, con dos atributos una llave alusiva a la conquieta de Córdoba y una imagen mariana que lleva en su batalla, la cargaba por protección y devoción.

SANTA JUANA DE ARCO

Etimológicamente significa “Dios es misericordia”. Viene de la lengua hebrea.

Juana de Arco nació en el año 1412 en Donremy, Francia. Su padre se llamaba Jaime de Arco, y era un campesino. Ella  muere el  30 de mayo del año 1431.

Desde los 13 años la tradición cuenta que una voz le decía ve y salva a Francia, a los 17 años abandona su casa de los padres y se va a la casa del  inerte Delfín Carlos, quien le entrega su ejercito, ella se pone al frente de 10,000 hombres y derrotan  a los oponentes.

Un día se encontraba la joven Juana en el campo y oyó que de la Iglesia le llegaba una voz que le decía: “Hija de la Iglesia, ve, marcha”. Miró a su alrededor y no vio a nadie… Y así una y otra vez. Hasta que un día se le apareció un elegante soldado -que era el Arcángel San Miguel- y le indicó lo mismo: “No temas, el Señor te tiene reservada una gran misión para liberar al pueblo”. No hizo caso. Le pareció un sueño. Poco después fueron dos elegantes matronas – eran Santa Margarita y Santa Catalina – quienes le animan a que siga sus consejos. Ellas le ayudarán. Aquellas “voces” se hacen más frecuentes cada día. Le dicen que ella es quien ha de salvar a su pueblo esclavizado por los ingleses.

La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, en cierta forma, están desprovistos de crédito pues, según diversos testigos presenciales del juicio, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos.

Eran tiempos difíciles aquellos. Los ingleses querían apoderarse de toda Francia. La soldadesca entraba y salía por las aldeas y, unos a favor de Inglaterra y otros en contra, siempre estaban en continuos sobresaltos. La pequeña Juana era una niña normal. Quizá ni sabía leer ni escribir pero algo tenía profundamente grabado en su corazón: amaba tiernamente a Jesús y a María, cosa que había aprendido de su buena madre “su mejor educadora”. Comulgaba con frecuencia, cosa rara en aquellos tiempos, y se entregaba de lleno a los trabajos que sus padres le encomendaban como a cualquier otra jovencita de Domremy de su tiempo.

Los ingleses habían invadido y dominado casi toda Francia; sólo faltaba una ciudad importante: Orleans, y por petición de Santa Juana, el rey Carlos y sus militares le concedieron el mando sobre las tropas, nombrandola capitana. Juana manda a confeccionar una bandera blanca con los nombres de Jesús y de María y al frente de diez mil hombres se dirige hacia Orleans, donde logra un triunfo glorioso. Luego, se dirige a otras ciudades donde logra la victoria y la libertad del dominio inglés.

Su fama se extendió inmediatamente después de su muerte: fue venerada por la Liga Católica en el siglo XVI y adoptada como símbolo cultural por los círculos patrióticos franceses desde el siglo XIX.

El 30 de mayo 1431, a la edad de 19 años, Juana de Arco fue quemada. Rodeada por las llamas, ella pronunció 7 veces el nombre de Jesús. El público lloraba y un soldado inglés. exclamó « ¡ Estamos condenados, hemos quemado una Santa.El 30 de mayo 1431, a la edad de 19 años, Juana de Arco fue quemada. Rodeada por las llamas, ella pronunció 7 veces el nombre de Jesús. El público lloraba y un soldado inglés exclamó « ¡ Estamos condenados, hemos quemado una Santa ! ». Juana de Arco se convierte así en mártir. Siete años más tarde, según su profecía, los ingleses fueron expulsados de Francia. Es por esto que su vida se ha convertido en una leyenda. Juana de Arco es también Santa Patrona de Francia.

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