Monseñor Don José Guadalupe Martín Rábago, hombre a toda prueba.
Nadie, quizá se atreva a decir algo contra Monseñor “don José Guadalupe Martín Rábago” después de dejar la dirigencia de la arquidiócesis de León Guanajuato y no porque no queramos decir algo contra la Iglesia, contra un ministro de Cristo o hacer leña del árbol caído como se dice popularmente o porque los cristianos debamos tolerar todo como signo del cristianismo, en realidad no hay nada que decir, más que, tal vez puros elogios de una arquidiócesis que ha convivido con él y que desde su llegada fue recibido ampliamente por un congregado gigante, así lo recuerda él: cuando llegué el primer día a León, vi a la ciudad volcarse en el aeropuerto, la gente llenó gran parte de la carretera y la calle de entrada, fue una multitud gigantesca especialmente de niños de los colegios que vitoreaban y daban testimonio de su fe, poniendo la confianza en él, de su llegada como pastor que a nombre de Cristo venía a hacerse cargo de la Diócesis y como un bello momento culminó en la sagrada misa celebrada en el Estadio León.
En cuanto fue relevado del poder ejecutivo Felipe Calderón muchas pirañas se abalanzaron tras él para morder o decir lo que no se atrevieron a decir cuando era presidente, puede que como dice el refrán: “El miedo no anda en burro” y “más vale prevenir que lamentar”, el detalle es que muchos hombres de letras llegaron a calificar: “Felipe Calderón y su guerra”, claro que sabemos que fue su guerra porque para muchos políticos y gente importante del país no le interesa en lo absoluto que los habitantes de las ciudades como Monterrey, ciudades michoacanas, Sinaloa, Tijuana, etc. que han vivido un infierno en la última década, donde unos cuantos por medio de la violencia y la muerte se adueñaron de esas ciudades, de negocios y de sus vidas y desde luego es más fácil negociar que enfrentarlos; es por eso que comparando la situación de nuestro país, comparando los resultados de un trabajo no podemos decir nada de Monseñor don José Guadalupe Martín Rábago, hombre a toda prueba que trajo a la arquidiócesis de León una renovación eclesial en cuanto a trabajo y aplicación de los procesos, dinamismo y evangelización constante; hombre con gran sobriedad y lleno de algo que el hombre común no entiende y no tiene, lleno de Espíritu santo.
Su presencia de él no era sólo la de un hombre que representa a una parte de la Iglesia católica sino la presencia de un hombre en donde la parte espiritual era la que manda en su vida; una de las experiencias más agradables que yo personalmente tuve al escuchar a este hombre, fue una clara diferencia entre un hombre mundano y el hombre guiado por Dios; al estar reunido con empresarios y personalidades importantes de negocios de la ciudad de León se pudo constatar inmediatamente su forma de expresar la sabiduría humana y la de Dios; ciertamente algunos empresarios que intervinieron denunciaban un lenguaje exquisito en el buen pronunciamiento y hablar, vasto, culto y elocuente, nada que reprochar e incluso para aprender de ellos, sin embargo en sus palabras no se sentía la sinceridad y el peso especifico de Monseñor don José Guadalupe; ellos (empresarios) acostumbrados a tratar de negocios, de dinero, de personal, de bienes, de moda, de política, de economía, de sociedad e incluso de religión, que para ellos era un tema más, un evento más, protocolo para dar su ayuda a la Iglesia, para don José Guadalupe no era un tema más, era buscar que todos los trabajadores, empleados e incluso ellos mismos vivieran el reino de Cristo Jesús y debemos hacer hincapié que muchos de estos empresarios se podría decir que son buenos católicos que se esfuerzan día a día con llevar una conversión en su vida, que de beneficios a sus hermanos y esto no lo dudamos porque sabemos y se da testimonio de que muchos empresarios son ejemplos de vida y nos da mucho gusto por ello, más ante este hombre Monseñor “don José” se puede clarificar parte de las escrituras sagradas en donde las palabras de Cristo resuenan como bong: Jn 16, 13: Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oye y os hará saber las cosas que van a suceder.
Nos da mucho gusto que el trabajo que desempeño como arzobispo siempre fue en la verdad y amor a una Iglesia que hoy trabaja con vigor para llevar la evangelización a todos nuestros hermanos; estuvo reunido en el Sínodo de los obispos en Roma sobre el trabajo que va a llevar a cabo nuestra Iglesia para este año de la fe, llevo a su II parte el plan diocesano de pastoral PDP y que es con el que actualmente se está trabajando; logró junto con su equipo de trabajo que León fuera el anfitrión de la estancia en su viaje a México del misionero de Cristo el Papa Benedicto XVI; logró que la arquidiócesis goce de respeto y seriedad en su labor apostólica, en pocas palabras: sí tuvo errores que quizá sí los hubo estos fueron opacados con su esmerada labor pastoral y ecuménica, por tanto es de gran valor en reconocer a Monseñor como un elemento valioso en la labor apostólica de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad. Hombre a toda prueba que será respetado y recibido siempre como ese hombre lleno de Dios.