Del libro del Apocalipsis del Apóstol San Juan 7,2-4.9-14. Jueves 1 de Noviembre de 2012.
“VÍ UNA MUCHEDUMBRE TAN GRANDE, QUE NADIE PODÍA CONTARLA. ERAN INDIVIDUOS DE TODAS LAS NACIONES Y RAZAS, DE TODOS LOS PUEBLOS Y LENGUAS”.
“FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS”
Luego vi a otro ángel que subía desde el oriente y llevaba el sello del Dios vivo. Gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles autorizados para causar daño a la tierra y al mar:
No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.
Entonces oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel.
Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos,
y gritaban con voz poderosa:
“¿Quién salva fuera de nuestro Dios, que se sienta en el trono, y del Cordero?”
Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes; se postraron ante el trono rostro en tierra y adoraron a Dios,
diciendo:
¡Amén! Alabanza, gloria, sabiduría,
acción de gracias, honor,
poder y fuerza a nuestro Dios
por los siglos de los siglos. Amén.
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: “Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde vienen?”
Yo contesté: “Señor, tú lo sabes. El Anciano me replicó: “Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México