Y no le creyeron. Canto.

Y no le creyeron. Canto.

Y no le creyeron. Canto.

 

Y no le creyeron y no le creyeron,

Subió pues al monte cargando la cruz.

 

Volvió del desierto, entrase en el pueblo

Y hablo le a la gente mil cosas de Dios.

Contaba le el pueblo que había venido

Para rescatarlos de la esclavitud.

 

Qué extraño ese hombre, parece un profeta,

Quizás es Elías o el mismo Juan.

Mira cómo llora por el cruel destino de Jerusalén.

 

Qué humilde ese hombre, come con los pobres

Y a los pecadores “hermanos” llamó

Mira cómo habla palabras tan sabias

Levanta los muertos y a un ciego sanó.

 

Oraba esa noche por sus seguidores,

Por sus enemigos, por todos, a Dios

Y lo traicionaron, después lo apresaron

Y a la mañana fue puesto en la cruz.

 

Mira sus heridas, profundos clavos,

La sangre que corre es un río de amor.

Te invita a la gloria no importa tu historia

Si lo que interesa es que vengas a Él.

Cuanto te debemos mi amado Jesús,

Llenaste de gracias a toda la humanidad y,

A cambio solo recibes desprecio  y desamor y aún, así, ¿clamas por mi amor?

Bendigo la hora en que entregaste todo por mi amor

Hoy te alabo y entrego mi corazón. 

Tu Nombre es glorioso y tu Corazón excelso de amor.

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