Salmo 68 (69). Sábado 4 de Agosto de 2012.
“DEFIÉNDEME Y AYÚDAME, DIOS MÍO”.
Sácame del barro, que no me hunda; líbrame del vértigo del agua profunda.
Que las olas no me sumerjan, ni me trague el torbellino ni el pozo cierre sobre mí su boca.
¡Pero a mí, humillado y afligido, que me levante, oh Dios, tu ayuda!
Celebraré con un canto el nombre de Dios, proclamaré sus grandezas, le daré gracias.
Vean esto, los humildes, y regocíjense.
¡Reanímense, los que buscan al Señor!
Pues el Señor escucha a los pobres, no desdeña a los suyos prisioneros.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
¡Qué importante pedir ayuda de quien todo lo puede, Dios! Él lo sabe todo. Por eso cada día me acerco a Dios y pido a la Virgen que interceda por mi ante su hijo. Ayer vi la vida del Santo San Ignacio de Loyola y su humildad toco mi alma. Para San Ignacio el amor de Dios estaba en todo. Y deseo expresar que siempre he rezado aunque ahora desde enero de este año lo hago todas las noches. Rezo y aunque surgen situaciones mi fe me da la fuerza para resolverlas. Dios está cerca de los que lloran y soy una de esas. Veía como defecto el que yo llorara, más sin embargo, entendí que Dios está cerca de mi. Bueno pasen un buen día todos.
padre santo en tus manos me refugio para pedir perdón y sanación gracias papá lindo por tu ayuda AMEN