2a lect. de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5,21-32. Domingo 26 de Agosto de 2012.
“ÉSTE ES UN GRAN MISTERIO, Y YO LO REFIERO A CRISTO Y A LA IGLESIA”.
Expresen su respeto a Cristo siendo sumisos los unos a los otros.
Lo sean así las esposas a sus maridos, como al Señor.
El hombre es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual es asimismo salvador.
Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido, como la Iglesia se somete a Cristo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella.
Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa,
pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.
Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa es amarse a sí mismo.
Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida. Y eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia,
pues nosotros somos parte de su cuerpo.
La Escritura dice: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa y los dos formarán un solo ser.
Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
si fuistes capaz de leer este pasaje maravilloso y dicernilo, pues tu mismo pide al Sr. JESUS ser lavado de esa misma manera y borra de tu corazon, y de tu mente toda la idolatria que habita en ti, porque CRISTO se sacrifico solo por el mundo.