Del libro del Profeta Jeremías 2,1-3.7-8.12-13. Jueves 26 de Julio de 2012.
“ME ABANDONARON A MÍ MANANTIAL DE AGUAS VIVAS Y SE HICIERON CISTERNAS AGRIETADAS”.
Se me comunicó una palabra de Yavé: “Anda y grita a los oídos de Jerusalén”:”
Así dice Yavé:
“Aún me acuerdo de la pasión de tu juventud, de tu cariño como de novia, cuando me seguías por el desierto, por la tierra sin cultivar.
Israel era la cosa sagrada de Yavé, la parte mejor de su cosecha. Quien comiera de sus frutos tenía que pagar y pronto le venía la desgracia, palabra de Yavé.
Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos. Pero apenas llegaron a mi país, lo profanaron, y mancharon mi herencia.
Los sacerdotes ya no se preguntan: ¿Dónde está Yavé? ¡Los dueños de mi enseñanza no me conocen! Los pastores de mi pueblo se rebelaron contra mí, y los profetas consultaron a dioses inútiles, dando respuestas en nombre de Baal.
Que los cielos se asombren y tiemblen espantados por eso, palabra de Yavé;”
doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal católico: Asamblea Eucarística. México