No sólo de pan vive el hombre…La Escritura nos enseña a hacer provisión del alimento que nutre el alma.
Parroquia de San Pío X
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes” Mas él respondió: “Esta escrito: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
Mateo 4, 1-4
San Agustín: ¿Por qué Jesús es llevado al desierto y se expone y se enfrenta al enemigo? Para sernos mediador en superar las tentaciones, no sólo por la ayuda sino también por el ejemplo.
San Ambrosio: Tres cosas ayudan a la humana salvación: el sacramento, el desierto, el ayuno. Ninguno será coronado si no combate legítimamente, y ninguno es admitido al combate sino está limpio y puro de todas las manchas de los delitos, y consagrado con el don de la gracia, pero también con el del ejemplo. Mira con que armas se defiende Jesús de los atractivos de la gula con que el diablo le asalta y le tienta. No usa el poder soberano, lo que a nosotros no nos habría ayudado, sino como uno de nosotros se hace escudo de la Palabra celestial, y vuelto a la divina Escritura, desprecia el alimento del cuerpo, y nos enseña a nosotros a hacer provisión del alimento que nutre el alma.
Sé templado en el alimento, ama el sustento del alma que es la Palabra de Dios
Por lo regular al hombre le atrae todo aquello que tiene valor material, y durante nuestra vida acumulamos bienes materiales; bienes que a veces sólo ayudan a la perdición del alma, pues nos aferramos tanto a ellos que incluso llegan a ser ídolos, pues nuestra vida funciona en relación a estos, ya sea tener propiedades, lujos, dinero, joyas… lo cierto es que al fin de cuentas nada nos llevaremos a la otra vida y la mayoría de las ocasiones ni siquiera sabremos quien gozara de estos, tanto afán en adquirirlos y ni siquiera gozarlos. Pero hay algo que tiene valor incalculable que es la Palabra de Dios, es la misma voz de Dios que ha hablado y sigue hablando al hombre atreves de su Palabra, y sigue guiando e instruyendo por el camino que conduce hacia Él.
La Palabra de Dios necesita ser leída con disposición de cambio o conversión. La Palabra de Dios transmite sentimientos de amor, paz, consuelo, alegría, gozo…además de ayudar al alma a crecer espiritualmente, es capaz de elevar al alma a un plano celestial en el que la Palabra es verdadera fuente de vida nueva en el espíritu y Verdadero alimento necesario para la vida eterna.
Oremos para que nos dejemos guiar por la Palabra de Dios, y la valoremos cada día más.
Oremos por el éxito de la visita Papal, para que todo se realice en paz y unidad.
Oremos por todas las necesidades de la Iglesia en especial por el Papa Benedicto XVI, Arz. José Guadalupe Martin R. Obispo Juan Pallares, P. Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, todos los Sacerdotes del mundo, todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiásticas, Ministros de la Sagrada Comunión, Servidores de la Iglesia, Celadores y Guardias del Sagrado Corazón de Jesús.
Oremos por todos los que nos piden oración.
Por la Conversión de todos los pecadores.
¡Unidos en la Eucaristía!