Benedicto XVI, Mensajero de Paz. Hora Santa

Benedicto XVI, Mensajero de Paz. Hora Santa

Benedicto XVI, Mensajero de Paz. Hora Santa

 

Se reza la estación del Santísimo Sacramento…

   Jesús que en tu infinita misericordia, permites que su santidad Benedicto XVI venga a tierras guanajuatenses como mensajero de paz y de esperanza, concédenos abrir nuestros oídos para que el mensaje caiga en tierra buena y de fruto abundante que se refleje en nuestra sociedad. Amén.

 

Lectura de la Primera Carta a los Corintios 13,1-8. 10. 13

Aunque  yo hablara  todas las lenguas  de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es servicial, no es envidiosos, ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia  y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca terminará. Cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto será limitado. Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande  de todas es el amor.

 

Palabra de Dios

Releemos en silencio y compartimos la frase que más nos guste y oramos con ella.

 

 

Canto.

Señor toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mi, estoy dispuesto a lo que quieras no importa lo que sea tu llámame a servir.

 

Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir, donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente por no saber de ti.

 

 

 

Mensajero de esperanza que anuncia a Cristo.

 

La humanidad necesita ser liberada y redimida, necesita nuevas motivaciones que le den sentido profundo a su existencia. Es un mundo agitado entre la esperanza y la angustia. El Papa ha sido llamado a servir a la Iglesia al estilo de Jesús, con un mensaje de amor como lo hizo Jesús acogiendo a todos, especialmente a los que quieren verse liberado y redimido.

Para ofrecer este mensaje de amor que trae consigo una liberación y redención, debe tener un conocimiento de los desafíos que afrontan, las distintas comunidades cristianas que viven su fe en situaciones difíciles, donde además de varias formas de pobreza, hay formas de  persuasión a causa de la propia fe cristiana. A él le corresponde la tarea de alimentar sus esperanzas, de compartir sus dificultades, inspirado en el mismo Cristo, con atención, ternura, compasión, acogida, disponibilidad e interés en lo que respecta a los problemas de la gente, dispuesto a entregar la vida.

Para irradiar a Cristo el Papa dedica tiempo para estar con Él, en la oración y la contemplación, por ello, la vida  del Santo Padre es ya una oblación continua a Dios por la salvación de la Iglesia. Esta oblación pastoral constituye también la verdadera dignidad de todo obispo que es entregar    su vida por todos aquellos que el Señor les confía.

San Pablo había comprendido muy bien que sólo en Cristo, se puede encontrar redención. Por eso sentía la urgente necesidad de anunciar la promesa de la vida en Cristo Jesús nuestra esperanza, para que todas las gentes pudieran compartir la misma herencia, siendo participes de la promesa por medio del Evangelio. San Pablo sabe que sólo en Dios se encuentra toda esperanza. El Papa también siente esta urgente necesidad  porque se da cuenta que los pueblos se están desviando del camino que lleva a Jesús.

Una manera de dar respuesta a toda la realidad de angustias y esperanzas de las personas, es a través de la Palabra, La Palabra de Dios no puede dejarnos pasivos sin actuar. El Papa está convencido de ello y desde la Palabra que él medita día a día, quiere ser otro Cristo e impulsarnos a ello a cada uno de nosotros para vivir en el amor.

El mundo de hoy necesita creer y tener esperanza. El panorama nacional por una parte, presenta perspectivas prometedoras de desarrollo económico y social y por otra, ofrece algunas fuertes preocupaciones. La violencia marca las relaciones entre las personas y entre los pueblos, la pobreza oprime a millones de habitantes, la falta de oportunidad de un trabajo bien remunerado obliga a muchas personas a dejar sus lugares de origen, etc. Es por eso, que esta presencia del Papa nos anima a ser nosotros también mensajeros de esperanza a ejemplo de Cristo.

 

Releemos en silencio y oramos  de manera espontanea.

 

 

Canto.

Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo tu grandeza Señor, Tendré  mis manos sin cansancio, tu historia entre mis labios y fuerza en la oración.

 

Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir, donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente por no saber de ti.

 

 

Oremos a María de Guadalupe.

 

Madre, tú que velas siempre por todo el pueblo mexicano, te pedimos por todos los mexicanos que estamos trabajando para que la visita del Papa se lleve a cabo en paz y en alegría, danos tu amor, tu alegría y sobre todo tu generosidad para que podamos servir como Jesús quiere que lo hagamos. Amén.

 

1er. Misterio.  El Papa es el Vicario de Cristo, su representante en la tierra, pero no puede responder solo a esta misión tan urgente en el mundo. Somos nosotros, los católicos quienes hacemos realidad la presencia de un reino de solidaridad, unidad,  justicia  y amor con nuestro testimonio.

Pidamos para que demos esa respuesta que la sociedad espera de cada uno de los católicos.

 

2do. Misterio. El compromiso por la justicia, la reconciliación y la paz tiene su última raíz y su cumplimiento en el amor que Cristo nos ha revelado. Todos los creyentes han de comprender la necesidad de traducir en gestos de amor la Palabra escuchada, porque solo así se vuelve creíble el anuncio del Evangelio, a pesar de las fragilidades humanas.

Oremos para que abramos nuestros oídos y escuchemos la Palabra y demos una respuesta a pesar de nuestras fragilidades.

 

3er. Misterio. Escuchando con disponibilidad la Palabra de Dios en la Iglesia se despierta la caridad y la justicia para todos, sobre todo para los pobres. Nunca se ha de olvidar que el amor siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa.

Pidamos para que se nos de disponibilidad para escuchar la Palabra.

 

4to. Misterio. Exhorto a todos los fieles a meditar con frecuencia el himno a la caridad escrito por el Apóstol Pablo y a dejarse inspirar por él. Por tanto el amor al prójimo enraizado en el amor de Dios, nos  debe tener constantemente comprometidos, personalmente y como comunidad eclesial, local y universal (cfr. VD 103)

Pidamos para que todos demos una respuesta de amor.

 

5to. Misterio. Padre, tu nos has elegido para ser tus hijos y formar una sola fraternidad de hermanos. Concédenos, que este acontecimiento de la visita del Santo Papa a nuestro Continente sea motivo de unidad, de reconciliación y de paz. Que sepamos acogerlo como mensajero y enviado en tu Nombre, como tu representante en la Iglesia.

Oremos por todos para que reconozcamos en el Papa la presencia de Jesús.

 

  Recemos la Coronilla de la Misericordia

Ofrezcámosla por todos los servidores dela santa Iglesia para que reine la paz y la unidad

 

                    Padre nuestro…Ave María… Credo…

En  las cuentas grandes antes de cada decena.

Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amantísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero.

En las 10 cuentas pequeñas de cada decena.

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Jaculatoria para rezarse al final de cada misterio.

Oh Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, Confiamos en Ti

Doxología final después de las cinco decenas.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero ( veces)

 

Canto.

Y así en marcha iré cantando por calles predicando lo bello que es tu amor, Señor tengo alma misionera, condúceme a la tierra  que tenga sed de Dios.

 

Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir, donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente por no saber de ti.

 

 Oremos por su Santidad

El Señor le conserve y le guarde

Le haga feliz en la vida

Y le libre de caer en manos de sus enemigos

Amén.

 

 

 

 

 

 

Hagamos oración por todas aquellas personas que nos piden oración.

 

 

¡Unidos en la Eucaristía!

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