1a lect. del libro del Profeta Ezequiel 47,1-9.12. Martes 20 de 2012.
“VÍ SALIR AGUA DEL TEMPLO, ERA AGUA QUE DABA VIDA Y FERTILIDAD”.
El me llevó a la entrada del Templo y vi que brotaba agua de debajo del dintel de la Casa: corría hacia el oriente igual como la Casa que daba al oriente. El agua brotaba del lado sur del altar.( El agua bajaba de debajo del lado derecho del templo, al sur del altar. B. Jeru)
Me hizo salir por el pórtico norte y que diera la vuelta por el exterior hasta el pórtico este: el agua corría ahora a mi derecha.
El hombre se alejó al oriente. Midió mil codos con la vara que sostenía en la mano, luego me dijo que atravesara el arroyuelo: el agua me llegaba apenas a los tobillos.
Midió luego mil codos y me dijo que atravesara el arroyo; el agua me llegaba a las rodillas. Midió otra vez mil codos y me dijo que atravesara el estero: el agua me llegaba a la cintura.
Midió todavía mil codos: esa vez no pude atravesar el torrente; las aguas habían subido, se habían convertido en un río que no se podía atravesar a pie sino a nado.
Me dijo entonces: “¿Has visto, hijo de hombre?” Después de eso me hizo pasear por la orilla.
Cuando regreso al torrente, veo que hay en la orilla muchos árboles, a ambos lados del torrente.
Me dijo: “Esa agua corre hacia la región este, desciende hacia la Arabá y desemboca en el Mar Muerto para que sus aguas queden sanas.
Todo ser viviente, todo lo que se mueva por donde pase el torrente se llenará de vida; la pesca será allí muy abundante. Bastará con que lleguen sus aguas para que haya salud y vida por donde ellas pasen.
En las márgenes del torrente, desde principio a fin, crecerán toda clase de árboles frutales; su follaje no se secará, tendrán frutas en cualquier estación: Producirán todos los meses gracias a esa agua que viene del santuario. La gente se alimentará con sus frutas y sus hojas les servirán de remedio.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México