salmo 50 (51). Miércoles 29 de Febrero de 2012.
“A UN CORAZÓN CONTRITO, SEÑOR, NO LO DESPRECIAS”.
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
por tu gran corazón, borra mi falta.
Que mi alma quede limpia de malicia,
purifícame de mi pecado.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un firme espíritu.
No me rechaces lejos de tu rostro
ni me retires tu espíritu santo.
Un sacrificio no te gustaría,
ni querrás si te ofrezco, un holocausto.
Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré,
pues no desdeñas a un corazón contrito.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México