Martirologio Romano: Fiesta de la cátedra de san Pedro, apóstol, al que el Señor dijo: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. En el día en que los romanos acostumbraban a recordar a sus difuntos, se celebra la sede de aquel apóstol, cuyo sepulcro de conserva en el campo Vaticano y ha sido llamado a presidir en la caridad a toda la Iglesia.
Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, una ocasión solemne que se remonta al cuarto siglo y con la que se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro.
Para recordar dos etapas importantísimas de la misión del príncipe de los Apóstoles y la fundación del cristianismo primero en Antioquía y después en Roma, el Martirologio Romano celebra el 22 de febrero la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía y el 18 de enero la de su Cátedra en Roma.
La reciente reforma del calendario unificó las dos conmemoraciones el 22 de febrero, fecha que tiene su apoyo en una antigua tradición que refiere la Depositio martyrum. En efecto, en este día se celebraba la cátedra romana, anticipada después en Galia al 18 de enero, para evitar que la fiesta cayera en tiempo de Cuaresma.
Por eso se terminó celebrando la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía el 22 de febrero, y la romana el 18 de enero. La cátedra, literalmente, es la silla fija del Sumo Pontífice y de los obispos. Se encuentra permanentemente en la iglesia madre de la diócesis (de aquí el nombre de “catedral”) y es el símbolo de la autoridad del obispo y de su magisterio ordinario en la Iglesia local.
La palabra “cátedra” significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también “sede” (asiento o sitial), procede del lenguaje Latino: la “sede” es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa.
Para recordar dos etapas importantísimas de la misión del príncipe de los Apóstoles y la fundación del cristianismo primero en Antioquía y después en Roma, el Martirologio Romano celebra el 22 de febrero la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía y el 18 de enero la de su Cátedra en Roma.
La reciente reforma del calendario unificó las dos conmemoraciones el 22 de febrero, fecha que tiene su apoyo en una antigua tradición que refiere la Depositio martyrum. En efecto, en este día se celebraba la cátedra romana, anticipada después en Galia al 18 de enero, para evitar que la fiesta cayera en tiempo de Cuaresma.
Por eso se terminó celebrando la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía el 22 de febrero, y la romana el 18 de enero. La cátedra, literalmente, es la silla fija del Sumo Pontífice y de los obispos. Se encuentra permanentemente en la iglesia madre de la diócesis (de aquí el nombre de “catedral”) y es el símbolo de la autoridad del obispo y de su magisterio ordinario en la Iglesia local.
El mismo Herodes Agripa sabe que le da un golpe mortal a la naciente Iglesia eliminando a su jefe, San Pedro. Mientras la presencia de Pedro en Antioquía es innegable por los escritos neotestamentarios, su ida a Roma en los primeros años del imperio de Claudio no tiene pruebas tan evidentes.
El desarrollo del cristianismo en la capital del imperio confirmado por la carta paulina a los Romanos (escrita hacia el año 57) no se explica sin la presencia de un misionero de primer plano. La llegada, cualquiera que sea la fecha, de San Pedro a Roma, y su muerte, las confirman tradiciones antiquísimas, aceptadas ahora universalmente por estudiosos, incluso no católicos.
Lo confirman de manera históricamente inobjetable las excavaciones hechas en 1939 por orden de Pío XII en las Grutas Vaticanas, debajo de la Basílica de San Pedro, y cuyos resultados son aceptados favorablemente por estudiosos no católicos.
Hace no muchos años, antes de rezar el Ángelus en este día, el Papa Juan Pablo II recordó que “la festividad litúrgica de la Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste el ´ministerium petrinum´, ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial”. “Recemos -dijo- para que la Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, sea unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los apóstoles”.
La cátedra es en realidad el trono que Carlos el Calvo regaló al papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos el Calvo era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini en 1666.
Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron durante muchos años que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso que la utilizó San Pedro en persona. La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos y la última vez que fue extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974. Los análisis efectuados en aquella ocasión apuntaban a que se trataba de una sola silla cuyas partes mas antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono como para llevarlo en procesión.
Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la misa del Capítulo de San Pedro.