“JUAN ERA LÁMPARA QUE ARDÍA Y BRILLABA”.
Ustedes mandaron interrogar a Juan, y él dio testimonio de la verdad.
Yo les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por hombres.
Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz.
Pero yo tengo un testimonio que vale más que el de Juan: son las obras que el Padre me encomendó realizar.
Estas obras que yo hago hablan por mí y muestran que el Padre me ha enviado.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México