“LA SANGRE DE CRISTO NOS PURIFICA DE TODO PECADO”.
Este es el mensaje que hemos recibido de él y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay tinieblas.
Si decimos que estamos en comunión con él mientras caminamos en tinieblas, somos unos mentirosos y no estamos haciendo la verdad.
En cambio, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Pero si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.
Si dijéramos que no hemos pecado, sería como decir que él miente, y su palabra no estaría en nosotros.
Hijitos míos, les he escrito esto para que no pequen; pero si uno peca, tenemos un defensor ante el Padre, Jesucristo, el Justo.
El es la víctima por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México