“UN RIO ALEGRA A LA CIUDAD DE DIOS”.
Dios es nuestro refugio y fortaleza,
socorro siempre a mano en momentos de angustia.
Por eso, si hay temblor no temeremos,
o si al fondo del mar caen los montes;”
Un río, sus brazos regocijan
a la ciudad de Dios,
santifica las moradas del Altísimo.
Dios está en ella, no puede ceder,
Dios la socorre al despuntar la aurora.
El Señor Sabaot está con nosotros,
es nuestro baluarte el Dios de Jacob.
Vengan a ver las hazañas del Señor,
y los estragos que causó a la tierra.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México