Las exigencias de cómo seguir a Jesús.
Parroquia de San Pio X
Mientras iban caminando, uno les dijo: Te seguiré a dondequiera que vayas, Jesús le dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza “A otro dijo: “Sígueme” el respondió déjame ir primero a enterrar a mi padre”. Le respondió: “Deja que los muertos entierren a los muertos, tu vete a anunciar el Reino de Dios”. También otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero déjame antes despedirme de los de mi casa”. Le dijo Jesús: “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios”Lc.9, 57-62
S. Jerónimo: Te seguiré a donde quiera que vayas: quería seguirlo con la esperanza de ventajas materiales, pero Jesús le hace comprender que para seguirlo es preciso abrazar una vida de pobreza.
S. Agustín: Deja que los muertos…Jesús no prohíbe rendir a los padres las honras fúnebres, sino que quiere la generosidad en seguirlo.
S. Cirilo: Nadie que ponga la mano en el arado… Es decir, en lugar de querer antes volver, a tu casa, entra en seguida a formar parte de mis discípulos: Jesús quiere una decisión completa.
Elías paso a su lado y le echo su manto encima. Entonces Eliseo abandono los bueyes y echo a correr tras Elías, diciendo “Déjame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguiré”…Luego se levanto y siguió a Elías y le servía 1Re 19,19-21 El manto simboliza la personalidad y los derechos de su dueño, el llamado de Elías anuncia el llamado de Jesús a sus apóstoles, Elías debe preparar a su sucesor.
La llamada que Jesús nos hace, no puede estar condicionada, a nada, ni a nadie, el significado del llamado es el mismo, estar dispuesto a todo, a arriesgarlo todo, a darse sin medida, exige muchas veces el abandonarlo todo, para prolongar la vida donde el mismo Jesús no tuvo donde reclinar la cabeza; la invitación a seguirlo es dejando a un lado la riqueza, los honores, comodidades, sociedad de consumo, en donde todo es superficial.
El apóstol a veces necesita de un descanso o unas merecidas vacaciones, pero, hay tentaciones a las que no debe aspirar el apóstol como son: el reconocimiento de los propios meritos, a los honores, a una remuneración económica, pues nada es nuestro, todo le pertenece a Dios. Tampoco podemos condicionar la extensión del Reino de Dios, a recibir algo a cambio, pues de nada serviría ser un gran teólogo sino tengo la gracia de Dios y entonces no habría frutos.
Jesús no impide el amor hacia la familia o amigos, el ejemplo que Cristo nos dio es dejarlo todo, cumpliendo con todo sin dar largas, cada cosa tiene su tiempo y su momento, y siempre hay tiempo para cumplir con los propios compromisos.
Cuando la entrega es total siempre hay tiempo para todo, a pesar de nuestras propias miserias y debilidades, entonces la vida tiene sentido, tiene un porqué y un para que. Pero cuando la entrega es a medias entonces siempre sobran las escusas para no seguir en el apostolado, estoy cansado, ya tengo mucho tiempo en el, mi situación económica, y entonces los intereses de Cristo ya no son los del apóstol.
Busquemos siempre la perfección en nuestro apostolado.
Seamos generosos y decididos en nuestro actuar.
Oremos a nuestro Padre nos de la gracia de aspirar a todo aquello que nos ayude a crecer espiritualmente y a fortalecer nuestro apostolado.
¡Unidos en la Eucaristía!