“YA VIENE EL DÍA DEL SEÑOR, DÍA DE OSCURIDAD Y DE TINIEBLAS”.
Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.
Proclamen un ayuno y una asamblea santa, congreguen a los ancianos y a toda la gente del campo en la Casa de Yavé, su Dios, y clamen a él.
¡Ay, qué día! Se acerca el día de Yavé! Es como una devastación mandada por el Todopoderoso.
¡Toquen la trompeta en Sión! Den la alarma en mi monte santo. ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque está cerca el día de Yavé: ¡Ahí viene!
¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nubes y de espesa niebla! Ahí viene un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro ni lo habrá después de él, avanza y se extiende como una sombra sobre los cerros.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
.