“ENVÍAME, SEÑOR, TU LUZ Y TU VERDAD”.
Hazme justicia, oh Dios,
y defiende mi causa
del hombre sin piedad;
de la gente tramposa y depravada
líbrame, tú, Señor.
Si tú eres el Dios de mi refugio:
¿por qué me desamparas?
¿por qué tengo que andar tan afligido
bajo la presión del enemigo?
Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas sean mi guía
y a tu santa montaña me conduzcan,
al lugar donde habitas.
Al altar de Dios me acercaré,
al Dios de mi alegría;
jubiloso con arpa cantaré
al Señor, mi Dios.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México