Amemos a Cristo en los que sufren. Hora Santa
Parroquia de San Pío X
Estación al Santísimo Sacramento.
La Eucaristía es alimento y medicina. Si estas en las tinieblas, la Eucaristía es tu luz. Si sientes la fiebre de las pasiones, la Eucaristía es medicina. Si estás oprimido por las culpas, la Eucaristía es la victima que paga. Si tienes hambre. Si tienes hambre, la Eucaristía es alimento del alma. Si te sientes débil, la Eucaristía es tu fortaleza. Si tienes miedo a la muerte, la Eucaristía es vida, porque “El que come mi Carne y bebe mi Sangre, vivirá para siempre”
Adoración. Jesús, Tú eres el Pan de vida, el que viene a ti, no tendrá más hambre. Señor Jesús, si no comemos tu Carne y no bebemos tu Sangre no tendremos vida en nosotros. El que come mi Carne, lo resucitaras, ¿Señor Jesús, ¿A quién iremos, Señor? Tú sólo tienes palabras de vida eterna. Tú eres el Pan bajado del cielo. El que come de este Pan, vivirá para siempre. Jesús Tú eres la vid verdadera, nosotros somos los sarmientos. El que permanece en ti da muchos frutos, quien no permanece en ti, está muerto.
Dios mío, yo te adoro espero y te amo. té pido perdón y misericordia por los que no creen, no te adoran, no esperan y no te aman (3)
Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo. Yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de os ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El es ofendido. Por los meritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón inmaculado de María, te pido la conversión de los pecadores.
Hacemos unos momentos de Silencio.
Acción de Gracias. Te damos gracias y te bendecimos, Dios Santo y fuerte, porque diriges con Sabiduría los destinos del mundo y cuidas con amor de cada uno de los hombres. Tú nos invitas a escuchar tu Palabra, que nos reúne en un solo cuerpo, y a mantenernos firmes en el seguimiento de tu Hijo, Jesús. Porque solo Él es el camino que nos conduce a Ti, Dios invisible, la verdad que nos hace libres y la vida que nos colma de alegría. Te damos gracias y te bendecimos, Padre fiel y lleno de ternura, porque amaste al mundo que le has entregado a tu Hijo, para que fuera nuestro Señor y nuestro hermano Jesús manifestó su amor con los pobres y los enfermos, con los pequemos y los pecadores. El nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano, su vida y su Palabra son para nosotros la prueba de tu amor, como un padre siente ternura por sus hijos, así también Tú sientes ternura para tus hijos. Por eso, te damos gracias y glorificamos tu Santo Nombre y con los Ángeles y Santos, cantamos tu bondad y tu fidelidad, proclamando el himno de tu Gloria, Santo, Santo, Santo eres tu rey del universo…
Lectura del libro del profeta Isaías 38,10-14, 17-20
Yo pensé: “En medio de mis días tengo que marchar hacia la puerta del abismo, me privan del resto de mis años” Yo pensé “Ya no veré mas al Señor en la tierra de los vivos, ya no mirare a los hombres entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida como una tienda de pastores. Como un tejedor devanaba yo mi vida, y me cortaban la trama” Día y noche me estas acabando, sollozo hasta el amanecer. Me quiebras los huesos como un león, día y noche me estas acabando. Estoy piando como una golondrina, gimo como una paloma, mis ojos al cielo se consumen, ¡Señor, que me oprimen, sal fiador de mi! Me has curado, me has hecho revivir, la amargura se me volvió paz cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía y volviste la espalda a todos mis pecados. Sálvame, Señor y tocaremos nuestras arpas todos nuestros días en la casa del Señor.
Releemos en silencio y meditamos
Salmodiamos. Del salmo 8
R./ Compadécete de mi, Señor estoy enfermo.
Señor, no me corrijas con ira, no me castigues con cólera. Misericordia, Señor, que desfallezco. Cura Señor, mis huesos dislocados. Tengo el alma en delirio y Tu Señor ¿Hasta cuándo?
R./ Compadécete de mi, Señor estoy enfermo.
Vuélvete, Señor liberta mi alma, Sálvame por tu Misericordia, porque en el reino de la muerte nadie te invoca y en el abismo ¿Quién te alabara? estoy agotado de gemir, de noche lloro sobre mi pecho, riego mi cama con lagrimas mis ojos se consumen irritados envejecen por tantas contradicciones.
R./ Compadécete de mi, Señor estoy enfermo.
Apartaos de mi los malvados, porque el Señor a escuchado mis sollozos; El Señor ha escuchado mi suplica, El Señor ha aceptado mi oración.
R./ Compadécete de mi, Señor estoy enfermo.
Oramos en silencio, con la frase que más nos haya gustado.
Canto.
El auxilio me viene del Señor
Levanto mis ojos a los montes, ¿De donde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor; que hizo el cielo y la tierra.
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. (2)
No permitirá que resbale mi pie, tu guardián no duerme, no duerme ni reposa, el Guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra, el Señor está a tu derecha, de día el sol no te hará daño ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, el Señor guarda tu alma, el guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.
Reparación. Señor Jesús. Tú nos has prometido estar siempre con nosotros. Tú verdaderamente llamaste a todos los cristianos a acercarse y compartir tu Cuerpo y tu Sangre. Pero nuestros pecados nos alejan de Ti Te pedimos perdones nuestras ofensas y nos ayudes a esforzarnos cada día más en hacer tu Santísima Voluntad y no la nuestra. Abrasa nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo y concédenos el don del discernimiento para saber distinguir entre lo que es bueno y lo que me aleja de Ti
Oh Señor, presente en el Santísimo Sacramento, queremos poner ante Ti a todos nuestros enfermos, y suplicarte los ayudes en todas sus necesidades muy en especial todos aquellos que sufren dolores muy intensos debido a su enfermedad, todos aquellos que están agonizando. Sánalos de todas sus enfermedades ya sea física o espiritual.
Hagamos silencio y oremos por los enfermos al que deseamos presentar
Señor Jesús, purifícalo sana sus heridas, mitiga sus sufrimientos, da paz a su corazón, ayúdalo a aceptar tu Santísima Voluntad.
Canto.
Hoy Señor Jesús vengo ante Ti para alabarte, Hoy Señor Jesús con tu poder puedes cambiarme.
Sáname Señor, hoy quiero vivir, dame tu amor, sin ti no puedo ser feliz.
Sáname Señor, líbrame del mal toca el corazón para alcanzar la santidad(2)
Jesús. Nunca en las horas de soledad y de tormenta, estas solo. Jamás se encontraran lejos de mi corazón, que siempre los ama. Si, los amo con un amor infinito, no te sientas solo Yo estoy contigo toda tu vida aún en los momentos en los que llegan las dudas a tu corazón, y sientes que me he olvidado de Ti, si tu sufres Yo sufro contigo, como desearía que sintieras lo mucho que te amo, pero estas tan ocupado pensando en mil cosas que no te das tiempo para mi, antes bien descansa en mi regazo, Yo estoy contigo, no temas y déjate amar por este Corazón que tanto te ama y desea consolarte.
Amemonos en el dolor, hermanos, amigos, hijos mios, amémonos en la cruz. Vengan a mi todos los que sufren enfermedades y pobreza, traigan a mis pies la carga de las aflicciones, que Yo los aliviare en el manantial de mi Corazón, vengan a Mi todos ustedes que han sufrido contradicciones. Los que han recibido las injusticias y los que experimentaron los reveses de la forutna. ¡Acudan a Mi! Yo los aliviare en el Santuario de mi Sagrado Corazón, vengan todos los que lloran la ingratitud de sus hermanos de sangre, ese desamor que mata su alma. Vengan los que viven en el tedio y la soledad. Los olvidados, los desentendidos, los desdeñados y mal comprendidos. Vengan los que lloran un ser querido, los que tienen sed de mi Amor y mi justicia, todos tienen un lugar en mi Corazón, aquí encontraran consuelo y fortaleza para seguir luchando.
Canto.
Cantemos al Amor de los Amores.
Cantemos al Amor de los Amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, Cielos y Tierra, bendecid al Señor, Honor y Gloria a Ti, Rey de la Gloria, Amor por siempre a Ti, Dios del Amor.
Por nuestro amor oculto en el Sagrario, su gloria y esplendor; para nuestro bien se queda en el Sagrario esperando al justo y pecador.
Oh gran prodigio del amor divino, milagro sin igual; prenda de amistad, banquete al peregrino do se come el Cordero Celestial.
Jesús piadoso Rey de las victorias a ti loor sin fin; canten tu poder, autor de nuestras glorias, cielo y tierra hasta el último confín.
Al pie de tu Sagrario nos convidas a recibir tu amor; porque Tú Jesús, al alma das la vida, y la llenas de fuerza y de valor.
Rezamos el Santo Rosario y la Coronilla de la Misericordia, ofrezcamos por todos los enfermos del mundo así como por todos los agonizantes.
¡Unidos en la Eucaristía!