Juan Revilla
En días pasados, el Gaudium publicó un artículo donde el Excmo. Arzobispo de León Don José Guadalupe Martín Rábago, reprobó el que los fieles acudan a la brujería como un medio para solucionar sus problemas; quienes estamos inmersos en la evangelización hemos visto con tristeza que León Guanajuato siendo una ciudad muy católica frecuenta el ocultismo, la superstición y la idolatría más de lo que uno se imagina; nuestro pastor se pronuncia ante un fenómeno que se intensifica en su práctica y más por el relativismo que muchos fieles muestran al no parecer que este tipo de prácticas afecte la fe, error mayúsculo, No se puede servir a dos amos cf. Mt 6, 24.
Cabe hacer mención que hay aparentemente muchos católicos que profesen su fe, pero en realidad estos son católicos a medias, hombres que le tiene más fe a un trébol de 4 hojas que a Dios, hombres que ponen su esperanza en un horóscopo en lugar de Dios, hombres que van a misa, pero compran sus cuarzos para la buena suerte, hombres que reciben los sacramentos pero adoran la dizque santa muerte, hombres cuya fuerza la tienen de las cartas que les echaron, pero no en Dios, hombres que no quieren sufrir y van a esos lugares para parar de sufrir, hombres que tiene herraduras en sus puertas para la buena suerte, y donde Dios sólo existe en el templo, es lógico que ante estas prácticas paganas venga esa advertencia de Dios como lo hizo en el libro del Deuteronomio 17, 9-12.
La Iglesia como es evidente, ve la necesidad de que el creyente renuncie a estas prácticas, prácticas que son obras de satanás y que sólo buscan usurpar a Dios del lugar que le corresponde; en los ritos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y eucaristía), la renuncia es explicita, primero por los padres y padrinos. Una vez más grande el postulante lo externa él mismo; estás obras son una ofensa directa contra Dios y más específico en la trasgresión del primer mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”, otras veces, ofenden el segundo mandamiento: “No tomarás el nombre de Dios en vano”, que le parece, cuando llega a que le hagan una limpia porque le han dicho que está salado, usted se da cuenta que está una imagen de la virgen de Guadalupe enorme, tienen el rosario y varios objetos que demuestran que creen en la fe católica, usted respira y dice: “esto no es malo”, ¡no hay más ciego que no quiera ver una realidad, es obra de satanás!, ¿se da cuenta de cuanto le han cobrado por hacerle un trabajo para que sane de una enfermedad de diabetes, de riñones?, para que no se divorcie, para saber cómo le va ir mañana, si su esposo fue feliz en vida, para evitar que sea enviado al infierno, atacada por enemigos que buscan acabarla por envidia; ¿se da cuenta amigo que trae en su bolsillo el amuleto que le armaron para no ser embrujado?, da risa que usted y yo, tengamos más fe en doña Chona que en Cristo Jesús, es que doña Chona tiene esa virtud de ver el futuro, ¿se ha dado cuenta cuanto ha gastado en esas prácticas?
Conque razón levantó la voz lleno de indignación don José Guadalupe Martín Rabágo, reprobó tales actos y prácticas que sólo debilitan la fe, encajonan las virtudes; es una triste realidad, pero una cantidad importante en la ciudad practica tales obras; la idolatría es un factor que ha crecido con el ingreso de material chino: hoy vemos el dragón de la abundancia, elfos, el calendario chino, el horóscopo chino, el feng shui, buda y más, la consulta a los espíritus crece, la adivinación de cartas, café, caracoles, runas, ouija, doctrinas y corrientes, ¿de qué sirve la salvación si usted querido amigo no se siente salvado y no la ha experimentado, buscándola a toda costa en el hombre o en lo desconocido.
Amigo, si una escalera le causa problemas, si un gato negro lo turba y lo angustia, si un aceite, agua, tierra es más fuerte que Dios, ¡cuidado!, su fe es pequeña y puede ser víctima de practicar las obras de satanás, de manejar libros y objetos dedicados al culto de satanás creyendo que son buenos objetos, más todo va subiendo de tono, ahora va a que le ayude el brujo, el curandero, el chamal, el hechicero, el adivino; vaya tantas prácticas, unas intensas y otras con una serie de proceso que sólo conducen a formar parte de un grupo o cofradía, sí, León no se escapa de estas obras de satanás y claro que las hay, por esa justa razón es necesario la renuncia explicita a estás obras, destruir objetos e ir a confesarse para lograr su expiación, pero la oportunidad, de experimentarla misericordia de Dios que invita a ser su salvador, su Dios único, su Señor.
EXCELENTE DOCUMENTO!!! En mi pagina no imaginan cuantas personas dicen “es que X bruje es bueno…reza tanto!!!! URGE EVANGELIZAR.