“YO AMO, SEÑOR TUS MANDAMIENTOS”.
Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos tus mandamientos.
Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una fortuna.
Que vengan a mí, Señor, tu gracia y tu salvación, conforme a tu palabra.
Has sido bueno con tu servidor, Señor, de acuerdo a tu palabra.
Enséñame el buen sentido y el saber, pues tengo fe en tus mandamientos.
al verlo amo más tus mandamientos, los aprecio más que el oro fino.
Me regulo por todos tus preceptos y odio cualquier camino de mentira.
Maravillosos son tus testimonios por eso mi alma los guarda.
Exponer tus palabras es dar luz y abrir la inteligencia de los sencillos.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México