“LES IMPUSIERON LAS MANOS Y RECIBIERON AL ESPIRITU SANTO”
Así Felipe anunció a Cristo a los samaritanos en una de sus ciudades adonde había bajado.
Al escuchar a Felipe y ver los prodigios que realizaba, toda la población se interesó por su predicación.
Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos.
Hubo, pues, gran alegría en aquella ciudad.
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén tuvieron noticia de que los samaritanos habían aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
Bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo,
ya que todavía no había descendido sobre ninguno de ellos y sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico:Asamblea Eucarística. México