En la Catedral de Nuestra Santísima Virgen de la Luz, los sacerdotes de la arquidiócesis renovarán sus promesas sacerdotales ante el Arzobispo Monseñor José Guadalupe Martín Rábago y nuestro Obispo Auxiliar Juan, en el marco de la Misa Crismal, donde también se realizará la bendición de los santos óleos y consagración del Santo Crisma. Este acontecimiento también se dará en las iglesias catedrales del país y del mundo.
En la renovación de las promesas sacerdotales queda implícito el deseo que los presbíteros renueven el deseo de unirse estrechamente a Cristo, configurándose cada vez más a Él para el servicio de los fieles. Los presbíteros participan de la misión sagrada que el obispo recibió: edificar la Iglesia, santificar y regir al pueblo de Dios.
La renovación de las promesas es de gran importancia para la vida del sacerdote, pues los sitúa en la esencia de que aquello que son por el sacramento del orden: “Es esencial, para la vida espiritual que se desarrolla a través del ejercicio del ministerio, que el sacerdote renueve continuamente y profundice cada vez más la conciencia de ser ministro de Jesucristo, en virtud de la consagración sacramental y de la configuración con Él, Cabeza y Pastor de la Iglesia” (PDV 25).
El diálogo señalado por el ritual lo expresa con nitidez y concisión: “¿quieren? ¿Están dispuestos? ¡Sí, quiero!” En definitiva, es una nueva declaración de amor a Jesucristo y a la Iglesia, a los fieles que se les ha confiado. El breve contenido del interrogatorio refleja la enseñanza de la Iglesia sobre el sacerdocio ministerial.
En el momento solemne de la celebración, los sacerdotes se pondrán de pie en su lugar, escucharán al Señor Arzobispo quien les preguntará primeramente si quieren renovar las promesas que hicieron el día de su ordenación, ante el Obispo y ante el pueblo santo de Dios, y todos responderán: que sí quiero.
— ¿Quieren ustedes unirse íntimamente a nuestro Señor Jesucristo, modelo de nuestro sacerdocio, renunciando a sí mismos y comprometiéndose con lo sagrado, impulsándolos por amor a Cristo y para servicio de su Iglesia?
— ¡Sí quiero¡, dirán, al tiempo que extenderán el brazo derecho, en señal de juramento.
Entonces el Señor Arzobispo continuando con el ritual, volverá a preguntarles
— ¿Quieren ser fieles dispensadores de los misterios de Dios, por medio de la sagrada Eucaristía y de las demás acciones litúrgicas, y cumplir fielmente con el sagrado oficio de enseñar, a ejemplo de Cristo, Cabeza y Pastor, no movidos por el deseo de los bienes terrenos, sino impulsados solamente por el bien de los hermanos?
— ¡Sí quiero¡, reiterarán.
Luego de la oración hecha por los presbíteros, el Señor Arzobispo se dirige a la asamblea, les demanda apoyar a los sacerdotes con sus oraciones:
— Y ustedes, queridos hijos, oren por sus sacerdotes; que el Señor derrame abundantemente sobre ellos sus dones celestiales, para que sean fieles ministros de Cristo, Sumo Sacerdote, y os conduzcan a ustedes hacia Él, que es la fuente única de salvación.
En esta celebración, Monseñor José Martín Rábago en su homilía alentará a los sacerdotes en nombre del pueblo de Dios, “pueblo al cual están sirviendo lo mejor que pueden, de ese pueblo que lo ve muy cercano, a veces un poco más alejados pero que los quiere”.
Al pueblo, además pedirle su oración por las vocaciones sacerdotales, lo exhortará a orar todos los días por sus sacerdotes, que se acerquen a ellos para darle el apoyo, y no olvidar que también son humanos necesitados de cariño, amor, de comprensión, ya que esto va a redundar en servicio que ellos brindan en sus parroquias respectivas.
tomada de la guía de renovación de la promesa sacerdotal, para el jueves Santo. Se invita a participar a todos los fieles en ésta Santa Misa donde además se realizará la Bendición y Consagración de los Santos Oleos.
Excelentes comentarios. GRACIAS. Me gustaria una explicacion concreta y con detalles explicatorios del motivo por el cual Jesucristo fue ungido y cuando y como recibio esta unccion. Doy preparacion a jovenes confirmandos. seria muy util su respuesta..