Semana Santa
“Dios quiere contar contigo”
Guía bíblica para cada día del año. Domingo 17/abril/2011.
Domingo de Ramos. S. Aniceto. II
SEMANA SANTA.
La misión del hombre es conocer y amar a Dios, por lo mismo en esta semana, “semana Santa”, el hombre debe de renovar los compromisos que adquirió el día en que fue bautizado, y que sus padres y padrinos dieron testimonio de fe y de amor por uno.
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el evangelio de San Marcos. 8; 8 – 10.
8. Muchas personas extendían sus capas a lo largo del camino, mientras otras lo cubrían con ramas cortadas en el campo.
9. Y tanto los que iban delante como los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
10. ¡Ahí viene el bendito reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!»
DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿PORQUE ME HAS ABANDONADO?
Is. 50; 4 – 7.
4. El Señor Yavé me ha concedido el poder hablar como su discípulo. Y ha puesto en mi boca las palabras para fortalecer al que está aburrido. A la mañana él despierta mi mente y lo escucho como lo hacen los discípulos.
5. El Señor Yavé me ha abierto los oídos y yo no me resistí ni me eché atrás.
6. He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me tiraban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos.
7. El Señor Yavé está de mi parte, y por eso no me molestan las ofensas; por eso puse mi cara dura como piedra. y yo sé que no quedaré frustrado.
Sal. 21.
2. Señor, tu fuerza regocija al rey: ¡cómo se alegra si tú lo haces triunfar!
3. Le has cumplido sus más caros deseos, no le has negado lo que te pedía.
4. Tú le presentas buenas bendiciones, con oro fino coronas su cabeza.
5. La vida que te pidió, tú se la diste: largos días, muchos y muchos años.
6. Debido a tu favor, será muy famoso, derramas sobre él honor y majestad.
7. Has puesto sobre él bendiciones eternas, tú lo haces feliz con tu presencia.
8. El rey confía en el Señor, el favor del Altísimo lo hace inquebrantable.
9. Tu mano encontrará a tus adversarios, tu diestra encontrará a los que te odian;
10. los dejarás, en cuanto te presentes, como si estuvieran en un horno. El Señor, en su ira, se los engullirá y un fuego los devorará.
11. Arrancarás de la tierra sus frutos y su semilla de entre los hombres.
12. Si contra ti traman algún mal, o meditan un plan, no se la podrán.
13. Pues tú harás que te den vuelta la espalda y contra ellos dispararás tus flechas.
14. ¡Señor, levántate, muestra tu poder y cantaremos con salmos tus proezas!
Flp. 2; 6 – 11.
6. El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada,
7. tomando la condición de servidor, y se hizo semejante a los hombres. Y encontrándose en la condición humana,
8. se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz.
9. Por eso Dios lo engrandeció y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,
10. para que al Nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los muertos,
11. y toda lengua proclame que Cristo Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Mt. 26; 14 – 27, 66.
14. Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, se presentó a los jefes de los sacerdotes
15. y les dijo: «¿Cuánto me darán si se lo entrego?» Ellos prometieron darle treinta monedas de plata.
16. Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
17. El primer día de la Fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que preparemos la comida de la Pascua?»
18. Jesús contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.»
19. Los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
20. Llegada la tarde, Jesús se sentó a la mesa con los Doce.
21. Y mientras comían, les dijo: «En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar.»
22. Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: «¿Seré yo, Señor?»
23. El contestó: «El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato.
24. El Hijo del Hombre se va, como dicen las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido!»
25. Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: «¿Seré yo acaso, Maestro?» Jesús respondió: «Tú lo has dicho.» 26. Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman; esto es mi cuerpo.»
27. Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella:
66. ¿Qué deciden ustedes?» Ellos contestaron: «¡Merece la muerte!»
II indica la semana del Salterio de la Liturgia de las Horas.