“SE TU, SEÑOR MI FORTALEZA Y MI REFUGIO”.
A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡tú que eres justo, ponme a salvo!
Inclina tu oído hacia mí, date prisa en liberarme.
Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve.
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges.
Que sobre tu servidor brille tu rostro, sálvame por tu amor.
Fortalezcan su corazón, sean valientes, todos los que esperan en el Señor.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México