“LA MISERICORDIA DEL SEÑOR, DURA PARA SIEMPRE”.
Como la ternura de un padre con sus hijos es la ternura del Señor con los que le temen.
El sabe de qué fuimos formados, se recuerda que sólo somos polvo.
El hombre: sus días son como la hierba, él florece como la flor del campo;”
un soplo pasa sobre él, y ya no existe y nunca más se sabrá dónde estuvo.
Pero el amor del Señor con los que le temen es desde siempre y para siempre; defenderá a los hijos de sus hijos.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.