Reflexión: “DIOS QUIERE CONTAR CONTIGO”: “MARÍA”, reina de las misiones.
“MARÍA”, reina de las misiones.
María es reina de las Misiones, porque ella fue la primera misionera, aún antes que el mismo Cristo, al llevarlo en su seno y darlo a conocer al mundo.
Lc. 1; 39.
“Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá”.
Hoy, ella continúa dando conocer a su Hijo a los hombres, y es guía y modelo de los misioneros, por eso es llamada también, “Estrella de la Evangelización”.
“MARÍA”, fue la primera evangelizada”.
Lc. 1; 26 – 38.
“El Ángel Gabriel, fue enviado por Dios, a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth. A una virgen, desposada con un hombre llamado, José, de la estirpe de David. La virgen, se llamaba María.
El Ángel entrando a su presencia le dijo: “Alégrate, llena de gracia; el Señor esta contigo, vendita tu entre las mujeres”. Ella se turbo ante estas palabras: No temas, María, porque has encontrado gracia ante dios, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre, Jesús, será grande, se llamara hijo del Altísimo. El Señor, Dios, le dará el trono de David, su padre, reinara sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Dijo María; “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
“MARÍA”, fue la primera evangelizadora.
Lc. 1; 41 – 56.
“En cuanto oyó Isabel el saludo de María, salto de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamo a gritos: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Señor!
Dijo María; “Alaba mi alma la grandeza de mi Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava.
Desde ahora, todas las generaciones me llamaran bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. Derribó a los potentados de sus tronos y exalto a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia. –Como había anunciado a nuestros padres – en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.
María se quedo con ella unos tres meses y luego regresó a su casa”.
Fue Ella la que acogió con fe la Buena Nueva de la salvación, transformándola en anuncio, canto, profecía. Fue Ella la que dio a todos los hombres la mejor directiva espiritual a ellos consignada: “Haced lo que él (Jesús) os diga” (Jn. 2; 5.)
“MARÍA” es reina de las misiones.
Porque ella estuvo presente en el comienzo de la misión, en Pentecostés, junto a los Apóstoles, cuando nacían la Iglesia misionera.
“Ella presidió con su oración el comienzo de la Evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo”.
Hoy Dios quiere contar contigo, para que cumplas la misión que se te ha encomendado, pero no camines solo, lleva contigo siempre a la “REINA DE LAS MISIONES”, la siempre virgen MARÍA, la Madre de Dios y Madre nuestra.