Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.
Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno si ha ganado el mundo entero, pero se ha destruido a sí mismo?
¿Qué podría dar para rescatarse a sí mismo?
Yo les aseguro: si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.
Jesús les dijo: “En verdad se lo digo: algunos de los que están aquí presentes no conocerán la muerte sin que ya hayan visto el Reino de Dios viniendo con poder.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México