La sabiduría educa a sus hijos y cuida de los que la buscan.
El que la ama ama la vida; los que parten de mañana en su búsqueda serán colmados de alegría.
El que la posee alcanzará al fin la gloria; el Señor le dará su bendición.
Los que la sirven se hacen los ministros del Santo, los que la aman son amados del Señor.
El que la escucha tendrá un juicio acertado, el que le obedece estará seguro.
El que confía en ella la heredará, y sus descendientes disfrutarán de ella.
Al principio lo llevará por caminos ásperos, le provocará miedos y sustos; lo agotará con su disciplina hasta el momento en que pueda contar con él; multiplicará sus exigencias para ponerlo a prueba.
Pero luego lo llevará por caminos planos, le procurará la alegría y le revelará sus secretos.
Pero si se ha extraviado, lo abandonará y dejará que se pierda.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México