Por Juan Revilla.
La parroquia de San Pío X es pionera en tener una estructura clara y objetiva sobre las pláticas previas al matrimonio religioso (pre-matrimoniales), en algunos casos es oportuno cuando no se han casado al civil ya que permite que los novios se den cuenta de una realidad que va a hacer necesaria adquirir y que aunque la mayor parte que asiste a las pláticas son católicos, también es justo reconocer que su formación religiosa es deficiente, apenas con los elementos mínimos para ser católico, la parroquia busca dentro de su estructura de pláticas previas llevarlo a un encuentro personal de ojos abiertos y corazón palpitante con Cristo Jesús (evangelizarlos), que se despierte en ellos la conciencia y la relación con Dios, el papel que va a desempeñar en su matrimonio, pues la gran ausencia de Dios en los hogares mexicanos a desencadenado una familia inestable, luego con una serie de pláticas sobre el matrimonio complementan estás pláticas, las pláticas se realizan en dos días, (sábado y domingo), sin embargo sabemos que ese despertar merece un seguimiento, que no sea pasajero y urge prioritariamente alimentarlo, acompañarlo, formarlo y es lógico que se necesite de más días, cosa que es seguro que los asistentes a estas pláticas no estén dispuestos en ofrecer más tiempo, por tanto urge en la arquidiócesis de León una nueva cultura de formación previo al matrimonio, cierto es que el Estado debe de tomar iniciativa, pero sabemos que la Iglesia es parte fundamental de la vida del hombre y la mujer, pero todavía participe de la boda religiosa y de un sacramento.
La mayor parte de los jóvenes dicen con una facilidad que asombra: “me voy a casar”, pero no tienen las bases mínimas para casarse aunque sea al civil, el Estado no ha despertado esa conciencia de lo que es el matrimonio, cierto que hay un código civil que informa los derechos y obligaciones a los futuros contrayentes, pero sólo se les da una plática previa antes del matrimonio civil, ¿será suficiente?, ¡nunca!, a un acontecimiento tan importante y tan descuidado, en una película llamada “licencia para casarse” con Robin Williams, la pareja es formada con un tiempo amplio y que tienen que cumplir los requisitos que se exigen, van llevados de la mano de su sacerdote, sabemos que es película pero … urge una restructuración de las pláticas, de su seguimiento, no es posible que ante su matrimonio religioso la pareja no haya tenido la oportunidad de tener su formación en el método “Billings”, simplemente toman anticonceptivos, condones, pastillas etc., más no tienen una formación y conocimiento de su cuerpo como pareja.
Si el matrimonio es algo sagrado, pues es un sacramento, se le debe de dar esa importancia que requiere, ese tiempo de madurez en conocer sus personas, alguien puede cuestionar: “entonces para que es el noviazgo”, muchas veces en el noviazgo no hay esa profundidad en la persona, no se muestran como son, hay una incertidumbre de las personas y cuando estas se muestran tal cual oh gran decepción; se debe de pensar en una formación más acorde a los tiempos que vivimos, a la necesidad que exigen los tiempos, las parroquias tienen un gran reto con los postulantes al matrimonio religioso, romper esos vicios de las anteriores generaciones que se iba a ciegas al matrimonio, exponiéndolo a un fracaso prematuro, urge esa estructura planeada por la Iglesia y apoyada por los sacerdotes, ya que muchas ocasiones siempre hay una parroquia que les facilite las cosas a los novios.
Queridos amigos, el matrimonio es el más grande compromiso de la vida adulta, es una aceptación que lo cambia todo, es un gran compromiso al que no podemos fallar, una vocación consciente a la que no podemos errar, un sacramento que debemos honrar, por tanto ¿quién nos enseñará a llevar un matrimonio digo?, pues la Iglesia, ya que seguramente el gobierno con que no vayan obligados les sea suficiente, no importando si se va a ser feliz o no, las leyes son frías y especificas, números y normas que sólo buscan regir al matrimonio más no llevarlo a su plenitud, no es entonces algo aventurado pedir a nuestra arquidiócesis la renovación de la estructura y formación para recibir el sacramento del matrimonio.