Tolomeo y Lucio son dos mártires que describe San Justino en su apología II, 2., antes de este acontecimiento hay uno muy importante que es el de: San Policarpo en el año 155 pero, este hecho tratado por San Justino nos indica como el amor a Cristo va despertando los valores que el hombre va adormilando por conveniencia de vida.
Martirio de los Santos Tolomeo y Lucio (Roma año 160)
Tolomeo y Lucio son dos mártires que describe San Justino en su apología II, 2., antes de este acontecimiento hay uno muy importante que es el de: San Policarpo en el año 155 pero, este hecho tratado por San Justino nos indica como el amor a Cristo va despertando los valores que el hombre va adormilando por conveniencia de vida.
Tolomeo proclamaba la buena noticia de Jesús, haciendo honor a la misión del maestro, en Roma se vivían tiempos donde se prohibía las asambleas como culto por tanto se cuidaba mucho los cristianos de no ser sorprendidos en reunión eucarística o en otro tipo de actividades masivas; existía en Roma un matrimonio conocido, llevaba una vida licenciosa, su desenfreno sexual y la libertad de práctica del mismo sexo era ilimitado; todo cambió cuando la mujer escucho la predicación de Tolomeo, la sorpresa al igual que para muchos desde tiempos de Jesús se hacían: ¿qué es esto, una doctrina nueva?
Las palabras y enseñanza de Tolomeo sacudió el ser de esta mujer, que al conocer la palabra de Cristo cambió su vida, tratando de llevar una vida casta, recta, a tal extremo que también quería que el marido cambiará, su enseñanza que recibía como catequesis de Tolomeo, la utilizaba para alentar al esposo a convertirse, incluso hasta amenazar con el castigo eterno.
La crisis de la mujer fue tal que consideraba como impío vivir con el esposo de esa manera, pues no aceptaba convertirse, su obstinación le hizo que se separará poco a poco de ella, la mujer decide separarse sin embargo le aconsejaban que tuviera paciencia con el, además que los suyos buscaban seguridad para ella en cuanto a tener lo necesario.
La relación de este matrimonio se agravó, tal era sus costumbres y hábitos del hombre que cuando en un viaje a Alejandría el esposo se entrego con mayor fuerza al desenfreno sexual, bebiendo, y con todo tipo de exceso, cosa que motivo e indigno a la esposa que pidió el libelo de repudio y lo abandono.
La furia del marido no se hizo esperar, en venganza por el divorcio, fue a denunciarla ante los tribunales de ser “cristiana”, su denuncia no fue escuchada pues para ello hay que tener pruebas contundentes y requería de tiempo y esfuerzo así, que dirigió su ataque contra Tolomeo quién fue el que llevo a la mujer a que se convirtiera, utilizando sus influencias ya que conocía a un centurión, lo detuvieron simplemente preguntándole si era cristiano; algo que complicó el asunto fue que Tolomeo ya había sido detenido por Urbico que era jefe del tribunal por la misma acusación de ser “cristiano”; ante semejante situación y guiado por la verdad y dando el testimonio de la rectitud, Tolomeo se declaró cristiano, esa confesión permitió que el centurión inmediatamente lo cargará de cadenas y lo llevo a la tortura, en la cárcel era atormentado.
Al ser conducido al tribunal, Urbico sólo le hizo una pregunta para condenarlo “¿eres cristiano?”, Tolomeo no lo podía negar, sabiendo también la gran responsabilidad que representaba sin embargo, no podía tampoco negar los bienes recibidos de la fe y confesó rotundamente “Soy Cristiano”, Urbico lo sentencio al suplicio.
Un hombre llamado Lucio, había estado al pendiente del juicio y al ver semejante injusticia cuestiono a Urbico, por actuar así fuera del derecho romano, la pregunta llegó a las entrañas de Urbico ¿por qué condenas a un hombre, con mandarlo al castigo de la muerte, cuando no has probado que sea un adultero, fornicador, asaltante, ladrón o asesino, ni reo de otro crimen, sino sólo por llevar el nombre de cristiano?; cierto era que Urbico no juzgo conforme al designio de emperador Pío y al hijo del cesar, amigos del saber, ni mucho menos del senado.
Urbico, sin demorá y con la injusticia y la maldad en su cara le dijo: “me parece que tu también eres cristiano”, Lucio con la entereza de la verdad y el testimonio le dijo: “a mucha honra”, sin más que decir el jefe del tribunal ordeno que lucio fuera llevado con Tolomeo al suplico, Lucio le dice: “tu decisión la agradezco, porque no puedo convivir con semejantes perversos, déspotas, así ire al Padre eterno y recibiré las promesas de Cristo Jesús”
La intervención de Lucio parece muy insignificante para los ojos de mucha gente, “santo”, claro, el testimonio de la fe y el amor hacía Cristo Jesús permitieron tolerar, aceptar y sufrir con paciencia la crueldad y la maldad del hombre y uniéndose en su suplico a la cruz de Jesús, juntos comparten el dolor por la humanidad.