El movimiento cursillista de León, sabe que es necesario que este nuevo hombre tenga los medios para que viva esa vida nueva y para ello sabe que le tiene que brindar el instrumento para lograrlo.
La reunión de grupo, instrumento para el seguimiento del cursillista.
Por Juan Revilla.
El despertar a una nueva vida después de su cursillo es la alegría más grande de Dios, una ovejita regresa al redil y Dios hace fiesta porque estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo han encontrado.
El movimiento cursillista de León, sabe que es necesario que este nuevo hombre tenga los medios para que viva esa vida nueva y para ello sabe que le tiene que brindar el instrumento para lograrlo; como instrumento eficaz el movimiento cursillista lo invita a que se entregue a un grupo, amigos que salieron del mismo cursillos, que vivieron la misma experiencia y que a la vez forman una pequeña comunidad, este grupo se compenetra y todos tratan de ir llevando esa vida nueva en el grupo.
En el grupo el nuevo cursillista tiene contacto con la palabra de Dios y haciendolo de una forma continua se va familiarizando con esa voz de Dios que habla y enseña, las experiencias vividas en sus vidas motivan a todos a continuar con valentía esa vida nueva y digo con valentía porque vaya que aparecen tantos obstáculos que pareciera que lo extraña la vida vieja que lo invita a regresar a ella.
Cuidados por sus coordinadores, estos son quienes van enfocando ese aprendizaje y a que vayan entrando por decisión propia a tomar esa vida nueva. Papel importante que juega el coordinador pues en el ven a la figura y ejemplo de vida, el da testimonio para decir <