El Gaudium pública: MI PADRE NOS TRATÓ MUY MAL, Y AHORA SE ESTÁ MURIENDO.

El Gaudium pública: MI PADRE NOS TRATÓ MUY MAL, Y AHORA SE ESTÁ MURIENDO.

MI PADRE NOS TRATÓ MUY MAL, Y AHORA SE ESTÁ MURIENDO

Lunes 13 de Septiembre de 2010 por P. Jose de Jesus

Padre José de Jesús:

Quisiera comentarle una situación que me tiene muy intranquilo desde que era muy niño, y que ahora vivo en una situación crítica con toda mi familia.

Mi papá fue un hombre muy duro con nosotros, muy exigente, pero también muy trabajador. Nosotros somos 8 de familia, y él es abogado. A pesar de la preparación que tiene, nunca se portó realmente como debería de ser, porque no quería que le hiciéramos ningún ruido cuando él estaba trabajando, mientras que mi madre nos defendía de todo. Él nunca iba a misa, y muchos menos confesarse o comulgar, aunque no impedía a nuestra madre que ella nos llevara, ya que ella es una mujer muy religiosa y comprensible.

Sin embargo, yo fui testigo muchas veces de las discusiones entre ellos, e incluso cuando la golpeaba, ya que era muy histérico, pero mi madre no decía nada, y nunca se quejaba con nosotros. Al contrario, ella siempre nos decía que deberíamos querer mucho a nuestro padre que se esforzaba para que nunca nos faltara nada, y que deberíamos de comprenderlo, porque él tenía mucho trabajo.

Nunca nos hizo falta nada porque él nos proporcionó todo. Sin embargo, fue muy frío con nosotros y nunca nos demostró ni siquiera un poco de cariño, es más, parecíamos como desconocidos, porque nunca nos hablaba.

Cuando yo tenía ya 18 años, me di cuenta que andaba con otra mujer, y me di a la tarea de investigar, e incluso lo seguí para espiarlo, y efectivamente tenía otra familia. Eso me dio mucho coraje, y no quise decirle a mi madre, porque no quería causarle sufrimiento. Pero fue inevitable que ella lo supiera por otro lado; pero ella permaneció heroicamente a su lado. Es muy probable que ella le haya reclamado o tenido alguna discusión con él, pero no quiso dejar la familia, y dejarnos sin la figura paterna.

Con el paso del tiempo, crecimos, y él se fue de la casa con aquella mujer y con su otra familia, mientras que a nosotros nos abandonó; yo todavía tenía hermanos muy chicos, pero pudimos salir adelante porque él de todos modos le daba a mi mamá para los gastos de la casa, y además mi mamá trabajaba vendiendo algunas cosas, y yo le ayudaba trabajando de medio tiempo y estudiando.

Después, nos dimos cuenta que dejó a la otra mujer, y se apartó a vivir solo. Ahí, le dio la depresión, y tuvo un infarto que le dejó muy mal. Nosotros fuimos por él para atenderlo, pero no quiso irse con nosotros, y dijo que lo dejáramos solo. Nos resistíamos a dejarlo, pero él incluso nos llegó a maltratar porque decía que no necesitaba de nuestra lástima.

Ahora, él está muy mal, y se encuentra al borde de la muerte. De todos modos aunque él no quiera, lo hemos atendido mis hermanos y mi mamá aunque él se resiste y nos corre de la casa donde vive, pero no pensamos dejarlo solo porque es nuestro padre, e independientemente de lo que nos hizo, nos ayudó económicamente y no nos hizo falta nada. Me hubiera gustado tener el amor y el cariño de un padre, pero eso no se pudo, y no pienso ser como él, ni guardarle rencor; aunque algunos de mis hermanos no piensan lo mismo que yo y tienen cierta resistencia, pero de todos modos lo atienden.

Padre, no sé si estemos bien con lo que hacemos, porque muchas personas nos dicen que lo dejemos, porque él no quiso atendernos, y no se portó como un verdadero papá. Sin embargo, queremos apoyar a nuestra mamá que nunca reniega a pesar de cómo la trató, y eso es lo que nos hace ir hasta el final.

Fabián

Fabián:

Gracias por tu testimonio y el ejemplo que nos das. Es realmente admirable la labor que realizan tu madre, tus hermanos y tú. Creo que, no cualquier persona es capaz de llevar hasta el extremo la caridad como la está llevando tu familia, empujados por la caridad de una mujer que actúa de acuerdo al Evangelio en la caridad.

Ahora en la Arquidiócesis de León, estamos llevando la campaña de Pastoral Social, en la que se nos dice, según el Evangelio: “ve y haz tú lo mismo”; es decir, hacer caridad como lo hizo el Buen Samaritano y atender al hermano más necesitado.

Lo que ha hecho tu madre, es realmente admirable, y el apoyo incondicional que ha recibido de parte de ustedes, sus hijos.

Pídele mucho a Dios que haga reflexionar a tu padre, y que el corazón de piedra lo convierta en un corazón de carne; y que ahora que se encuentra en el ocaso de su vida se reconcilie con Él, con tu madre y con tus hermanos. Sería muy bueno que lo convencieran para que recibiera la unción de los enfermos y se reconcilie con Dios.

A personas con tanta fortaleza y con un sentido pleno de misericordia, es difícil encontrarles, ya que dejan que el corazón se llene de odio y rencor ante las injusticias de los demás; pero creo que lo que están viviendo con tu padre es un claro ejemplo de lo que nos pide Jesús: “perdonar hasta setenta veces siete”.

Ánimo Fabián, y que Dios les fortalezca en esta situación tan difícil, pero tan alentadora de caridad cristiana.

P. José de Jesús Ibarra Andrade

ibandrade@yahoo.com

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