trong>¿Qué tiene de nuevo este llamamiento?, en su parte redactada del numeral 248, el episcopado mexicano incluye también a los formadores, educadores religiosos para que la educación que ofrecen sea lo más fiel, veraz y leal de acuerdo a la dignidad de los mexicanos, incluye a los colegios, institutos y escuelas, a continuación cito textualmente el numeral 248 para que en el podamos visualizar el enfoque que la Iglesia da al llammiento (exhortación):
Comentario al numeral 248 del documento para “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”: El llamado a los Educadores.
Por Juan Revilla.
La Iglesia católica de México ha tocado una de las llagas que no han sanado en nuestro querido país: “la educación en México”, se sabe y se entiende que la educación es el pilar donde descansa la grandeza de un país, un país educado es cuna de grandes hombres, por esa razón en el estudio que la Iglesia realizó en el documento: “Qué en Cristo nuestra paz México tenga vida digna” ; en la parte exhortativa llama a quiénes son la pieza clave para que la educación llegue al mexicano , no como institución sino como hombres en quiénes descansa la confianza del pueblo mexicano para que enseñe, trasmita y eduque a los hijos mexicanos (hijos de Dios)
¿Qué tiene de nuevo este llamamiento?, en su parte redactada del numeral 248, el episcopado mexicano incluye también a los formadores, educadores religiosos para que la educación que ofrecen sea lo más fiel, veraz y leal de acuerdo a la dignidad de los mexicanos, incluye a los colegios, institutos y escuelas, a continuación cito textualmente el numeral 248 para que en el podamos visualizar el enfoque que la Iglesia da al llammiento (exhortación):
248. A los educadores, llamados a enseñar a los niños, adolescentes y jóvenes los auténticos valores de la vida acercándoles a la complejidad de la historia y de la cultura humana, les exhortamos a redescubrir y alimentar la nobleza de la vocación magisterial; a ayudar a sus alumnos y alumnas a vivir en todos los niveles la aceptación de los demás, la comprensión y el respeto, presentándoles como modelo a los grandes hombres y mujeres que han sido en la historia artífices de paz y de reconciliación. A quienes dirigen y sirven en las obras educativas que han nacido en el seno de la Iglesia, como son colegios, institutos y universidades, les pedimos que vuelvan a sus fuentes y a su carisma original; a que den siempre un lugar privilegiado a los pobres, no sólo en las aulas, sino también en los todos los procesos educativos y de formación cristiana y a que asuman integralmente el llamado que hacemos para educar en la cultura de la paz.
Con gran percepción la Iglesia y el pueblo ha notado esa pérdida de lealtad a la enseñanza honesta de los educadores, maestros, profesores, es muy común en día ver como profesores que enseñan en el nivel preparatoriano con toda la naturalidad del mundo dicen al alumno y lo confrontan: “Dios no existe”, “están locos quienes escribieron esos valores”, “los valores ya no se una así”, “esas cosas son del pasado”, con burla a los alumnos y luego teniéndolos de enemigos durante las clases, discriminan a los alumnos que se pronuncian en contra de sus teorías y esto con beneplacito de la escuela.
Otro punto importante es la falta de verdaderos maestros que han nacido con el “Don” de la enseñanza, el amor a la educación, el cariño y esmero a los alumnos, cosa que hoy vemos que improvisan asignando a cualquier licenciado, ingeniero, arquitecto,, doctor etc. que tiene una carrera cierto pero, no el “Don” de la enseñanza., aunque parezca este punto carente de valor, no es lo mismo quién nace con el “Don” de la enseñanza y se le encausa, que el que tuvo que enseñar porque no había otra opción, no tenía trabajo, no hay otra cosa que ejercer. Este punto ya tiene varios años pegando en los resultados de la educación, en la calidad de la educación y en el desarrollo del país. Muchos países valoran su crecimiento en base a la calidad de las instituciones educativas y hacen una distinción a las que sobresalen por cubrir el perfil ideado por el gobierno o la proyección social de la sociedad, las escuelas, institutos también deben de ser fieles a la educación que se va a impartir, honestos de los valores que se viven en el colegio, observantes leales del sano crecimiento del alumno, en pocas palabras estar alertas de la educación que imparten sus aducadores y tomar medidas adecuadas sobre la educación del alumno.
Lo relevante del numeral es el llamado que hace a los educadores religiosos, hoy en México cuanta con gran diversidad de escuelas que orientan su educación a la vida religiosa y espiritual, es más en los planes de la Iglesia en México como parte fundamental de sus proyectos, está que cada parroquia cuente con su escuela de agentes de pastoral, momento oportuno para hacer esa exhortación, que lo que salga de los profesores este cimentado en la : verdad, lealtad, unidad, fidelidad, en la honestidad y el amor hacía los mexicanos que se tendrán que meter en la cabeza lo que salga de las bocas de los maestros, ¿qué cosas tiene que asimilar un alumno que durante horas escucha al maestro?, ¿qué literatura va a trasmitir el maestro?; esa es la razón del llamdo de la Iglesia, antes de que crezca más la escuela católica en México, esta misma debe de crecer en calidad y amor al los demás, y quién ama no va dar cosas malas a sus seres queridos.
Para concluir, el llamamiento a los educadores de nuestro país no es una simple exhortación nada más, es una verdadera convocatoria para que el educador ahora que han iniciado las clases tomen una nueva postura ante su trabajo, tome nota de conciencia del papel que juega el educador en la sociedad y la gran responsabilidad que tiene con cada uno de los que son sus alumnos, responder por cada uno de ellos; si los educadores rindieran cuentas de cada alma que educan, quizá ya hubieran sido condenados a la hoguera, otros ya hubieran sido premiados con el reconocimiento pleno del país y algunos más ya hubieran dado la vida eterna.
No es sarcasmo, cuando el educador, formador se presente a rendir cuenta, no sólo va a rendir cuentas de su familia, de cómo la educo y cuido sino de cada uno de esos alumnos que él tuvo a su cargo, cada mirada de los alumnos le premiará o le reprochará toda la vida, el éxito o fracaso de su vida será parte también de ese maestro, profesor, formador y educador.