PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR.
Mas tentaron a Dios, el Altísimo, se rebelaron contra él, no hicieron caso de sus advertencias.
Se corrían y traicionaban como sus padres, le fallaban como arco que no apunta.
Lo irritaron con sus sitios de culto y con sus ídolos lo pusieron celoso.
Dios los oía, y se indignó, y rechazó totalmente a Israel;”
abandonó su morada de Silo, que era su tienda, plantada entre los hombres.
Permitió que se llevaran cautivo su poder y en manos enemigas cayera su gloria.
Tanto era su enojo con los suyos que entregó su pueblo a la espada.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México