Circulos bíblicos: II capítulo: las parábolas 12, 13, 14, 15, y 16 lectura: por Carlos Mesters

Circulos bíblicos: II capítulo: las parábolas 12, 13, 14, 15, y 16 lectura: por Carlos Mesters

Jesús vivió en Nazaret. En donde era igual a los demás. Fueron 30 años de descubrimiento. De pronto aparecen los frutos del crecimiento cuando Jesús comenzó a predicar el evangelio.
Curso circulos bíblicos II capítulo: lecturas 12, 13, 14, 15, y 16

12. No se ve crecer la planta, pero crece

A LECTURA DEL TEXTO DE LA VIDA
Un hecho de la vida de hoy
Cosas de la vida del tiempo de Jesús y de hoy que Jesús conoció y observó atentamente Hay cosas en la vida que nacen y crecen sin que la gente sepa como suceden. El campe sino llega a un sembrado y siembra; mete la semilla en la tierra y espera, días, semanas, meses. No se cansa de esperar porque él sabe que así debe ser. La mujer concibe en su seno y luego se pone a esperar, días, semanas, meses. No se cansa de esperar. Luego nace la vida nueva. El maíz nace, el niño crece. Los árboles, las plantas, el mismo hombre crece por una fuerza que está allí dentro que no depende de nosotros. Llegando a tiempo, en tiempo oportuno, se hace la cosecha, se recoge la fruta, se corta la caña se desgrana el maíz, se cogen las flores, se envuelve en pañales la nueva vida humana, y todo esto se va repitiendo de año en año. Y es una cosa tan natural que ni nos damos cuenta de ello, además, porque sabemos que así ha de suceder siempre.
Observemos más detenidamente las cosas de la vida para descubrir lo que ellas encierran
Animador:
Hay gente que cuando ve inmediatamente el resultado se desanima. Quiere que un árbol crezca tan rápido como sube un globo. No se tiene en cuenta la fuerza que tiene dentro de él. Una fuerza misteriosa. El campesino que sabe de agricultura, lo sabe mejor. Tenemos que tomar más en serio la ley del crecimiento. Veamos un poco más detenidamente este problema.
– Relata un caso de tu vida en que tú tuviste que exclamar: Caramba, la cosa crece, el negocio va mejor. Ya no es como antes, hasta yo cambié.
– ¿Cómo llegaste tú a saber que la cosa cambió? ¿Cuáles fueron las señales que te lo mostraron?
– ¿Cuáles fueron tus reacciones durante el crecimiento; sentiste alegría o rabia? ¿Por qué sentiste alegría o por qué sentiste rabia?
– ¿Has sentido impaciencia con la lentitud del crecimiento? ¿Quisiera ver los resultados antes de la cosecha?
– ¿Cuál ha sido el punto que más te ha llamado la atención del crecimiento de la naturaleza que acabamos de describir?
B. LECTURA DEL TEXTO DE LA BIBLIA
Veamos cómo Jesús usa las cosas de la vida para revelar algo sobre el Reino de Dios.
Animador:
En Jesús hay una fuerza invisible, la fuerza de Dios. Esta misma fuerza la hay en la Iglesia, en los cristianos, en ti, en tu barrio, en la humanidad entera. Muchos no experimentan nada de eso. Tienen ojos para ver pero no ven. Jesús quiere que descubras esa fuerza amiga de Dios que hay en la vida y que está creciendo. Para ayudarnos en este descubrimiento él nos pone de manifiesto la fuerza invisible que produce el crecimiento en la naturaleza. Oigamos lo que dice:
Lectura del evangelio de I. Mc, 4,26-29.
Veamos lo que Jesús quiere decirnos acerca del Reino de Dios en nuestra vida
– Oyendo la lectura de esta parábola, ¿cuál fue el punto que más te llamó la atención?
– El trabajo que tú realizas es como una semilla que siembras. Dará fruto. ¿Cuáles son las semillas que tú estás sembrando?
– ¿Cuáles son las semillas que los cristianos estamos sembrando hoy en nuestro pueblo?.
– El campesino de la parábola no sabía explicar el crecimiento de las semillas que el mismo había sembrado. ¿Puedes tú reconocer el crecimiento del Reino de Dios en tu vida, en tu barrio, sin saber explicarlo?
– ¿Sabes tú esperar cuando hay que hacerlo? ¿Te impacientas y te desanimas? ¿Siembras un árbol y esperas? ¿Reconoces la fuerza misteriosa de la semilla que crece una vez sembrada?
– ¡Atención! hay dos hechos que ayudan a esclarecer el sentido de la parábola:
a) Jesús vivió en Nazaret. En donde era igual a los demás. Fueron 30 años de descubrimiento. De pronto aparecen los frutos del crecimiento cuando Jesús comenzó a predicar el evangelio. Los habitantes de Nazaret entonces se extrañaron y decían: ¿De dónde le vienen a éste tales cosas? No es éste el carpintero, el hijo de María? Mc 6,2-3. No reconocieron el crecimiento del Reino de Dios que se operó en Jesús.
b) La Iglesia comenzó pequeñita en Jerusalén. En los primeros años los cristianos eran muy elogiados por los judíos (Hech 2,47; 5,13). Pero la Iglesia comenzó a crecer y entonces los judíos no entendieron ese crecimiento y se pusieron a perseguir a los cristianos (Hech 8,1): ¿Conoces tú a personas que hoy se oponen al crecimiento de Dios en la vida de los cristianos?
– ¿Qué haremos para llevar a la práctica las enseñanzas de la Palabra de Dios?.

13. El condimento que da sabor a las cosas

A LECTURA DEL TEXTO DE LA VIDA

Cosas de la vida de ayer y de hoy que Jesús conoció y observó atentamente Arroz y lenteja todos los días. La gente no se cansa ni se fastidia de esto porque hay una diferencia gracias al condimento el cual da el gusto y el sabor . Comida sin sal, motor sin gasolina, radio sin pilas estas cosas sirven así. Así sucede en la vida. Son las cosas muy pequeñas que hacen funcionar las cosas grandes. Un poco de sal basta para dar gusto y sabor a muchas libras de arroz y de lenteja. Así es hoy y así es en tiempos de Jerusalén cuando vivió Jesús, quien supo aprovechar de todas estas cosas para comunicar el mensaje del Reino de Dios.
Observar de cerca las cosas de la vida para descubrir el valor que encierran
Animador:
A veces la vida de la gente es como la del arroz y de las lentejas sin condimentos, todos los días lo mismo. Una rutina que nadie aguanta. Nada tiene gracia: siempre la misma cosa, el mismo trabajo, el mismo coro de niños, la misma gente, el mismo autobús; no acontece nada interesante. Mucha gente sufre bastante por esto. Veamos este problema más detenidamente.
– ¿Por qué será que ciertas personas sufren tanto por la rutina de la vida y otras no?. ¿Por qué la rutina cansa tanto?.
– ¿Qué tendría que hacer la gente para poner algo de sabor en la vida?.
– Si acaso tu vida está bien condimentada, ¿qué hiciste tú para lograrlo?
– ¿Qué es lo que da el gusto y la alegría a la vida?.
– Mirando el mundo, ¿encuentras tú que está faltando el gusto? ¿Por qué? ¿Qué clase de gusto o condimento?
– ¿Has encontrado a alguno que diga: Para mí está todo oscuro. ¡No veo nada claro! ¿Por qué está todo oscuro? ¿Cuál es el problema? ¿Qué clase de luz está faltando?
B LECTURA DEL TEXTO DE LA BIBLIA
Veamos como Jesús usa las cosas de la vida para revelar algo sobre el Reino de Dios.
Animador:
De una persona puedo sacar muchas fotografías e imágenes. Del mismo modo Jesús empleó muchas imágenes para explicarnos lo que significa el Reino de Dios. Oigamos varias:
Lectura del Evangelio de Jesús según Mt 5, 13-16 y Lc 11, 34-36.
Descubramos el mensaje que Jesús tiene sobre el Reino de Dios en nuestra vida
Animador:
Luz, sal y ojos, son las tres cosas que llamaron la atención de Jesús. Vamos a ver si descubrimos el mensaje que ellas nos comunican por Cristo:
– ¿Cómo podemos ser nosotros sal del mundo?
– ¿Qué debe haber en nosotros para que podamos ser luz y lámpara del mundo?.
– Pero, ¡atención! la sal antes de ser usada es visible. Pero una vez puesta en la comida, desaparece y no se ve más. La luz antes de ser encendida no aparece a la vista de todos. Debemos ser sal y luz, debemos aparecer y desaparecer, al mismo tiempo. Parece una contradicción. ¿Cómo vamos hacer esto? ¿Tienes alguna idea?
– Nosotros, los que estamos en el grupo ¿estamos siendo sal y luz en el barrio donde habitamos ? ¿Estamos tapando la vela o colocándola donde se vea? ¿De qué manera?
– Basta un poco de sal para una cantidad grande de arroz. Basta una vela para iluminar un cuarto oscuro. ¿Es útil que un cuarto esté lleno de velas encendidas? ¿Y poner una libra de sal para una libra de arroz? ¡No todo es sal, más todo tiene que ser salado! ¡No todo es luz pero todo tiene que ser iluminado! ¿Esta reflexión te sugiere alguna cosa para el tra bajo que realizas en la promoción del Reino de Dios?.
– En la calle, en el barrio, en tu casa ¿existe situaciones donde la luz todavía no ha pene trado? ¿Cuáles? ¿Qué respuesta das a esto?
– ¿Entendiste la parábola de los ojos? ¿qué entendiste?
– Si la lampara se apaga de nada sirve tener ojos buenos, pues todo está a oscuras. Pero si los ojos están enfermos o ciegos, de nada sirve tener lámpara encendida, pues para ti todo estará en la oscuridad.
-¿Qué debemos tener dentro de nosotros para que los ojos estén sanos, para tener luz en ellos y podamos ver la claridad radiante de esta lámpara?
– ¿Qué vamos a hacer en concreto para poner en práctica la Palabra?

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