En efecto, no hemos sacado de fábulas o de teorías inventadas lo que les hemos enseñado sobre el poder y la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. Con nuestros propios ojos hemos contemplado su majestad
cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa Majestad: “Este es mi Hijo muy querido, el que me agradó elegir.
Nosotros mismos escuchamos esa voz venida del cielo estando con él en el cerro santo.
A consecuencia de esto creemos más firmemente en el mensaje de los profetas, y deben tenerlo como una lámpara que luce en un lugar oscuro, hasta que se levante el día y el lucero de la mañana brille en sus corazones.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México