Israel era una viña excelente que daba uva en abundancia. Cuanto más eran los frutos, más multiplicaba sus altares; mientras mejor le iba al país, más embellecía sus pilares sagrados.
Su cariño está repartido, pero me lo van a pagar. Yavé mismo derribará sus altares y demolerá sus monumentos sagrados.
Ahora andan diciendo: “Nos quedamos sin rey por no haber respetado a Yavé. Pero, ¿qué podría haber hecho el rey en favor nuestro?”
Su rey será sacado de Samaria como se limpia la espuma de la superficie de un estanque.
Los santuarios altos de Aven, donde pecaba Israel, serán destruidos; zarzas y cardos cubrirán sus altares. Entonces dirán a las montañas: “Escóndannos”, y a los cerros: “Caigan sobre nosotros.
Israel tirará del arado, Jacob rastrillará.
Siembren, pues, según la justicia, y cosechen la bondad. Roturen para ustedes tierras sin cultivar, pues es tiempo de buscar a Yavé hasta que venga a traerles la justicia.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México