porque tú habrás vuelto a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y guardarás sus mandamientos y sus normas, en una palabra, lo que está escrito en el libro de esta Ley.
Este mandamiento que yo te doy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance.
No está en el cielo, para que puedas decir: “¿Quién subirá al cielo y nos lo traerá? Entonces escucharemos y lo pondremos en práctica.
Tampoco está al otro lado del mar, para que tengas que decir: “¿Quién pasará hasta el otro lado y nos lo traerá? Entonces escucharemos y lo pondremos en práctica.
Todo lo contrario, mi palabra ha llegado bien cerca de ti; ya la tienes en la boca y la sabes de memoria, y sólo hace falta ponerla en práctica.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México