Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder sobre los malos espíritus para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;”
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo;”
Simón, el cananeo y Judas Iscariote, el que lo traicionaría.
A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: “No vayan a tierras de paganos ni entren en pueblos de samaritanos.
Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
A través de muchos pasajes el evangelio se refiere al papel que debemos asumir todos los cristianos como evangelizadores,
En Señor con su infinita sabiduría nos va señalando por nuestros propios nombres que es lo que debemos hacer para propagar la fe, El nos reúne y nos manda a cumplir con nuestras tareas, en las catequesis, preparando para el bautizo, la primera comunión o la confirmación, las bodas, para cuidar enfermos, para evangelizar entre matrimonios, entre jóvenes y adultos, a cada uno nos designa una tarea, no importando donde o que tan lejos pueda ser.
A lo mejor no creemos o le damos un aire antiguo o pasado de moda, pero la realidad es que Dios nos da realmente poderes para curar y expulsar demonios, no saldrán esos demonios que vemos en la televisión con alas y caras grotescas, el Señor nos ha dado el poder de expulsar demonios como la incomprensión, el desamor, la incomunicación, de ayudar al enfermo del alma, del corazón o del cuerpo, Jesús siempre se preocupo de hacer el bien y curo enfermos, tullidos, ciegos, mudos, resucito a los muertos, hoy El nos invita a hacer lo mismo, ir a todas partes a proclamar su Palabra, con amor, obrando y actuando con Fe, porque sin fe es algo muerto, que no crece, que no da vida.
Señor, danos la capacidad de amar por donde vamos, de anunciar con nuestros actos, con nuestro ejemplo, danos la orientación para que sigamos Tu camino y no nos desviemos por donde Tu quieres que vayamos