¿Cómo se formó el martirologio?. Primera parte.
Por Juan Revilla
Una definición muy sencilla de martirologio sería: la compilación de las actas oficiales (documentos), testimonios personales y relatos de contemporáneos de los mártires y santos de la Iglesia católica, concentrados en un catalogo ordenado por fechas y sucesos.
En sus comienzos cada una de las Iglesias documentaba estos hechos, asentándolos en actas muy bien detalladas y guardándolos como un tesoro, es bien sabido de acuerdo a las cartas de San Pablo que las Iglesias situadas en los diferentes territorios se conocían bien entre sus miembros, sus nombres, origen y familias de procedencia, quizá se pregunte ¿cómo es posible esto?, cuando un hombre o mujer se quería integrar a la comunidad cristiana pasaban por un proceso de catecumenado que aparte de darles seguimientos en Cristo Jesús, eran investigados minuciosamente, pues en ese tiempo era muy común las infiltraciones para denunciar a quienes profesaban la fe del nazareno como se les decía; una educación doctrinal y litúrgica acompañada por un discipulado personal por algún miembro de la comunidad, era la base sólida que recibían los nuevos iniciados, por tanto esto daba la pauta a grandes conversiones y una entrega total a la vida nueva en Jesús a tal grado de dar su vida por Jesús.
A través de la historia de la Iglesia, se vivió momentos de una difícil aceptación de estos hechos en donde se hizo evidente la persecución a los cristianos( sólo se puede entender bajo el amor a Cristo), cabe decir que hay una etapa en el tiempo de Nerón Claudio César Augusto Germánico del año 54 al 68 a.C (de reinado), que aprovecho el auge del cristianismo para justificarse de la decadencia y de llevar una serie de acciones fuera de entendimiento cómo el asesinato de su madre y la de su hermanastro Británico, además de una serie de ejecuciones sistemáticas; su tiranía opacó los grandes avances que había logrado al controlar a los partos, tener una buena relación con los griegos y un gran desarrollo comercial; el hecho más famoso por el que se recuerda es aquel que mientras Roma ardía el tocaba la lira, pues él ya tenía su plan (echar la culpa a los cristianos) a quienes se dedicó a perseguir con demencia, claro que hubo una gran cantidad de mártires, su historia y su martirio en algunos casos se documento, otros era por el testimonio de quién compartió con él en su pequeña comunidad o el que sobrevivió en alguna matanza o genocidio, pero hubo la necesidad en algunos casos de investigaciones y de concordancia con documentos romanos y de sus historiadores..
El circo romano con sus juegos, fue testigo de esos acontecimientos donde la gente pagana se saciaba y se gozaba con la muerte de los cristianos (entre más trágica mejor) el tedio y el aburrimiento de su gente exigía actos más violentos y sangrientos, caudales, ríos de sangre derramada en todas sus formas, cierto es que los gladiadores era un buen espectáculo (que costaba bolsas de oro), el sacrificio de los cristianos no valía nada.
Otro gran perseguidor fue Tito Flavio Domiciano quién gobernó del año 69 al 96 a.C. Las fuentes clásicas de investigación le describen como un tirano cruel y paranoico, ubicándole entre los emperadores más odiados al comparar su vileza con otros de su misma calaña cómo Calígula o Nerón. Domiciano creía firmemente en la religión romana tradicional; dirigió una intensa política con el objeto de resucitar las antiguas costumbres y restablecer la moral romana. A fin de justificar la divina posición de la Dinastía Flavia, enfatizó las ficticias conexiones con la deidad romana más importante, Júpiter y obvio que loado por sus asesores también se auto divinizó y el Dios que le rendían culto los cristianos era una ofensa contra él; su meta era acabar contra todos los que no aceptaran su divinidad, a muchos torturó para hacerlos renegar de su fe, barría pequeñas comunidades y sólo dejaba, sangre y llanto; en las prisiones junto con paganos eran exigidos a los trabajos más pesados, ahí morían.
Aunque muchos hombres y mujeres paganos y gobernadores de las provincias sabían perfectamente que los cristianos eran inocentes, muchas veces se veían atados a una ley inoperante e injusta, la necedad e irracionalidad de Domiciano había llegado a un punto insostenible por sus súbditos, capitanes y ejércitos. El emperador fue asesinado el 18 de septiembre de 96 a consecuencia de una conspiración palaciega urdida por una serie de oficiales de la corte.
Las páginas de la historia de la Iglesia son escritas, no para elogiar a ningún hombre, sino para mostrar que el hombre si puede aspirar a la santidad que el mismo Dios nos la ha destinado, hombres que son capaces de renunciar a sí mismos amando a los demás, renunciando a las cosas superficiales y efímeras, donde el objetivo único es darse a Cristo Jesús cómo él se ofreció en un martirio inigualable por el amor más puro por los hombres.
