Vuelvan, hijos rebeldes, dice Yavé, porque yo soy su Dueño. Elegiré de ustedes a uno de esa ciudad y dos de aquella familia y los introduciré en Sión.
Les pondré pastores según mi corazón, que los alimenten con inteligencia y prudencia.
Y cuando ustedes sean muchos y prosperen en el país, ya no se hablará más del Arca de la Alianza de Yavé, ni pensarán más en ella, ni la recordarán más, ni la echarán de menos, ni la harán de nuevo.
Entonces llamarán a Jerusalén “el trono de Yavé” y a su alrededor se juntarán todas las naciones, sin seguir más la dureza de sus malos corazones.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México