SEÑOR,DANOS SIEMPRE DE TU AGUA.
Tus prodigios espantan a los pueblos lejanos,
pero alegran las puertas
por donde el sol nace y se pone.
Tú visitas la tierra y le das agua,
tú haces que dé sus riquezas.
Los arroyos de Dios rebosan de agua
para preparar el trigo de los hombres.
Preparas la tierra,
regando sus surcos,
rompiendo sus terrones,
las lluvias la ablandan, y bendices sus siembras.
Coronas el año de tus bondades,
por tus senderos corre la abundancia;”
las praderas del desierto reverdecen,
las colinas se revisten de alegría;”
sus praderas se visten de rebaños
y los valles se cubren de trigales.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico : Asamblea Eucarística. México