ESCUCHANOS, SEÑOR, Y SALVANOS.
Oh Dios, nos rechazaste, nos hiciste pedazos, tú estabas enojado, pero vuelve a nosotros.
Sacudiste la tierra, la partiste; repara sus grietas, pues se hunde.
Impusiste a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino embriagante.
¿Quién sino tú, oh Dios, que nos rechazaste y que no sales más con nuestras tropas?
Danos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda del hombre.
Junto con Dios haremos maravillas, él pisoteará a nuestros adversarios.
Biblia Latinoamericana /se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México