Comentario al numeral número 21, del documento eclesial Mexicano CEM. Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna.
Por Juan Revilla
21. El secuestro es una actividad criminal que ya tiene historia. Actualmente cualquier persona puede ser víctima, tanto en las ciudades como en las comunidades rurales.
La Iglesia de México, como sus habitantes, están conscientes de la grave situación que México vive; comentado en el numeral mostrado en el anterior párrafo del documento eclesial mexicano “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna, enfatiza el fenómeno del secuestro de personas, hombres y mujeres de todas las edades, de todos los extractos sociales y de todas las creencias, privadas de su libertad contra su voluntad, el secuestro se ha hecho una práctica tan común que ahora ya está alcanzando a aquellos que tienen inmunidad política y militar.
Como es, que el hombre sea capaz de poner todos sus talentos, sus capacidades, potencias y dones para ver la manera de cómo obtener dinero, riqueza, poder a plazo corto y ahora de forma express, privando de su libertad a sus mismos hermanos, a su misma iglesia, a su misma especie y todavía es sorprendente como es capaz de convocar a varios a unirse para llevar tal acto tan lamentable.
Grandes secuelas quedan en la vida de quien es víctima de esta actividad, unas curables, otras incurables y muchas veces esas mismas llevan a la muerte, ya que ese hermano o hermana nunca volverá a ser igual, el temor, el miedo, el dolor, la angustia de volver a experimentar esa experiencia hace que esa persona tome medidas que le permitan tener más certeza de que eso, no va a pasar; pero esto todavía es más fuerte, porque aún dando esa cantidad pedida, estas en la incertidumbre de que sea entregado o no, dejado en libertad con vida ó quizás lo encuentren sin vida.
Brotes de violencia se dan por impotencia, tomar la justicia por su cuenta, ajustar cuentas, pagar por matar a alguien, hacerle lo más que se pueda para quedar satisfechos por la ofensa, de que fue víctima, mucha gente no ha hecho nada porque sabe que debe existir la paz, sabe que la violencia genera violencia, guerra, paz es lo que todo mexicano quiere que exista en el país, pero ¿cuánto podrá soportar por tales actos criminales?
Sabemos que el Gobierno de la república y los estados, luchan contra ello, que generan planes y programas, pero estos mismos son insuficientes, a tal grado que muchos de estos secuestros carecen de asentamiento en alguna acta ministerial, la negociación es directa y con un alto grado de riesgo de fallar; tanto es el poder de este fenómeno que muchos casos son tan rápidos que no hay tal secuestro, pero son tan bien maquillados y actuados que a quien se le llama, le hacen sentir por todas las características, que de verdad está secuestrado su pariente, esposo, esposa, hijo, amigo etc, obligándola incluso a vender lo poco que tiene por una cantidad que quieren al instante, después ves que fuiste víctima de un fraude y una gran farsa.