Comentario al numeral 140 al 142 del documento “Qué en Cristo nuestra paz México tenga vida digna” 5. Iniciación a la vida cristiana.
Por Juan Revilla.
Este documento del episcopado mexicano, ha demostrado que no sólo es una publicación más, tiene una razón de ser, de la misma manera que el documento hace una reseña y análisis profundo de la realidad de la sociedad mexicana, este mismo va unido con las mismas acciones que la Iglesia va realizando, es decir no es un comentario, sino, una acción en conjunto de la pastoral de la Iglesia que de este modo ésta interviniendo en la vida de México, aún limitado por la vida política de México.
La iniciación a la vida cristiana es el recomienzo en la vida en Cristo, es la primera propuesta de la Iglesia evangelizar para cambiar la mentalidad de la sociedad, el numeral 140 dice textualmente:
140. El encuentro con Jesús ha sido, desde los inicios de nuestra fe, la puerta de entrada al camino de la salvación. En Él el Padre nos revela el camino, la verdad y la vida (Cf. Jn 14,6). La mirada del Señor, el Inocente por antonomasia, nos permite recuperar la identidad de hijos de Dios y de ciudadanos de su Reino. La identidad cristiana no se recibe por herencia, ni por costumbre; se adquiere a través del camino de la iniciación cristiana, que es un proceso por el que la propia vida se va configurando con Cristo, a partir de la experiencia de conversión y de la participación de la pascua de Jesús, es decir, del triunfo del amor de Dios sobre el poder del mal y de la muerte.
La Iglesia da impulso a su catequesis para empezar a renovar la iniciación cristiana, el verdadero inicio en la vida de Jesús, en la educación del creyente, ve la Iglesia ese cambio de vida, una vida sana y plena, cualquier país la anhelaría por tanto, el encuentro personal con Cristo es urgente, pero estos planes de la Iglesia no son intentos para que la gente confíe en la ella, no, es todo un proceso que la Iglesia como responsable de la buena conducción del pueblo de Dios aquí en el mundo, asume ese papel de forma activa como debe de ser, por esa razón primero tuvo que llevar a cabo la campaña de los valores y la familia, ésta familia que tiene que recuperar la verdadera importancia como base de la sociedad y ésta con la acción misma de la Iglesia con continental evangelizar, cito numeral 141 textualmente:
141. Se trata de una experiencia personal, que se vive en comunidad, en la que es determinante el encuentro vivo y persuasivo con Cristo, anunciado por testigos fieles. Esta experiencia introduce en una auténtica celebración de los sacramentos, con toda la riqueza de sus ritos y signos que tienen un profundo significado en sí mismos, en relación a la historia de la salvación y a la vida cristiana.55 «De este modo, la vida se va transformando progresivamente por los santos misterios que se celebran, capacitando al creyente para
transformar el mundo.»56
La difusión de la iniciación en la vida cristiana tiene un beneficio de gran valor, y este puede ser determinante, que nuestra iglesia o sea nosotros recuperemos la gracia de los sacramentos, que en muchas ocasiones y sin afán de ofender, muchos mexicanos hemos despreciado y de forma incrédula no participamos de ellos, porque nos exige compromiso para disfrutar de los sacramentos, ya que para ser participes de ellos y en especial de la Eucaristía debemos de estar en gracia y ahí es donde el mexicano no quiere hacerlo, sin embargo está acción puede lograr esa recuperación de esa gracia; para evangelizar ya cite la “misión continental en toda América y se va a llevar acabo por medio del primer anuncio “el kerigma”, por tanto cito el numeral 142 textualmente:
142. Este proceso de iniciación a la vida cristiana comienza con el anuncio del kerigma, que invita a tomar conciencia del amor vivificador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado.57 El kerigma es el hilo conductor de este camino que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo y tiene como horizonte la santidad de vida. A través de este proceso, por la conversión se va recuperando la inocencia de la mirada y con ello, la confianza y la disposición para vivir en comunión con Dios y con el prójimo, para ser testigos y servidores de la reconciliación, con la misión de ser constructores de la paz y fermento de un mundo más justo, ya que «no podemos concebir una oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización, de reconciliación y de inserción social.
Pues con este numeral confirma la acción de la Iglesia, así como empieza el evangelio de Marcos 1, 1 “Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios.” Así será el trabajo arduo pero necesario para lograr que México vuelva a sentir ganas de vivir, con seguridad, con planes a futuro, creyendo que el trabajo y el honor son también realidad, “el kerigma”, es el comienzo de todo, la iniciación cristiana en la Iglesia primitiva marco toda una etapa, las catacumbas fueron testigo de esa iniciación, una verdadera preparación a quien quería ser cristiano, permitió que hubiese grandes conversiones y una vida ejemplar cristiana a punto del martirio y dar todo por Cristo Jesús.
Amigos, al escribir estas líneas, me siento orgulloso de ser un católico, de pertenecer a una Iglesia que con estas acciones podemos constatar que es obra de Dios por medio del Espíritu santo, de pertenecer a un pueblo como el mexicano y tener la esperanza de que nuestras futuras generaciones vivan el camino que nosotros les preparemos como hizo Juan el bautista para nuestro Señor Jesús, así pues clamemos en el desierto con valentía y tener una visión como la Juan para que la buena nueva, la proclame de nuevo Cristo Jesús primeramente en la Iglesia de México y después unido a con América en esa gran misión.