¿Qué es la Música Litúrgica?
La música Litúrgica, como su nombre lo dice, es la música que utilizamos dentro de las
celebraciones litúrgicas de nuestra Iglesia; Misa de Domingo, funerales, bodas,
confirmaciones ó bautismos. La Liturgia Católica es una Liturgia musical. La asamblea de
creyentes tiene un papel central en el canto de la Liturgia. La gente canta textos de la
Palabra de Dios y textos de los rituales de la Liturgia.
El papel más importante de los líderes musicales o ministerio de música es el de ayudar a la
asamblea de creyentes a participar de lleno en la Liturgia en forma activa y consciente. El
canto en la Liturgia y sus ritos es una dimensión normal de cada experiencia de oración en
la asamblea. Es muy importante que la gente cante porque la acción de cantar la liturgia
forma cristianos. Cuando la comunidad canta, ésta expresa y profundiza su fe.
La música Litúrgica realza los textos y rituales de la liturgia y mueve a la asamblea a la
unidad. Abandonamos el individualismo para unirnos en una comunidad de creyentes
cantándole a Dios. Escogemos música que ayuda a la comunidad a cantar su fe en unidad.
Por lo tanto, debemos re-evaluar la utilización de cualquier canto que no cumple
completamente con la misión de mover a la asamblea a cantar en unidad y fe.
¿Cuál es la diferencia entre los términos “música sacra” y “música litúrgica”?
Ambos términos “música sacra” y música litúrgica” se refieren a la música utilizada dentro de
la liturgia. Lo que estos dos términos diferentes indican es el cambio en la forma en que la
iglesia se refería a la música para la liturgia antes del Concilio Vaticano Segundo y como se
refiere después de éste.
Durante los primeros tres siglos de la iglesia, los líderes de la iglesia enseñaban que la
música es sirviente de la religión. La música para la liturgia era llamada “música sacra.” La
música era sacra sólo cuando ésta abría las mentes de los creyentes a las enseñanzas
cristianas y preparaba sus corazones para la vivencia de lo sagrado. Es por esto que la
música instrumental estaba prohibida en las iglesias, pues al carecer ésta de un texto de
reflexión, no podía convertir los corazones de los creyentes.
Cuando la iglesia se estableció en Roma, entre los siglos seis y nueve, definió como
sagrada la música que se utilizaba en la liturgia y como profana la música popular. Con la
ayuda de investigaciones y recursos de los Benedictinos, el Papa Gregorio I organizó la
liturgia en el siglo sexto, asignando cantos propios a los textos de la liturgia durante el año
litúrgico. Los compositores europeos de la iglesia de el mundo conocido, escribieron cantos
simples para los salmos, cánticos, e himnos de la liturgia y la Sagrada Escritura.
Más tarde el Papa Pio X (1903 – 1914) reunió a los oficiales de la iglesia para delinear la
forma en que los compositores pudiesen escribir e implementar música para la liturgia. Los
compositores de música sacra debían ser aprobados por Roma y la lista original estaba
constituida por compositores europeos solamente. Con esta forma de control, Roma
desarrolló un sistema de criterios y estándares que les permitía juzgar objetivamente la
naturaleza sacra o profana de la música.
En el siglo pasado el Concilio Vaticano segundo produjo el documento ‘Constitución de la
Liturgia Sagrada’ (Diciembre 4, 1963) Este documento menciona: “para promover la
participación activa, la gente debe ser motivada a tomar parte en la celebración por medio
de aclamaciones, respuestas, salmodia, antífonas y cantos, así como por medio de
acciones, gestos y presencia” (CLS 30). Con esto la asamblea reemplazó al coro como
cantantes principales en la liturgia.
Esta nueva perspectiva y la celebración de la liturgia en el lenguaje de la gente amplió
nuestra idea de la música litúrgica. Los lideres de la iglesia estaban convencidos que el texto
cantado puede activar una conversión más profunda en el corazón de las personas al cantar
estas en su propio idioma en vez de Latín, el único lenguaje permitido hasta ese tiempo.
Como resultado, el canto en el idioma vernáculo paso a ser esencial en la liturgia.
El documento también abrazó la opción de que la música fuese hecha por la gente de las
varias culturas en el mundo. Roma no controlaría ya más una lista de compositores
aprobados de música litúrgica. Como resultado, la música católica se convirtió en música
multicultural.
PASTORAL
Fuente:
Grupos musicales parroquiales.