La competencia entre predicadores.
Una de las grandes tentaciones que tiene un predicador al tratar de cumplir con su ministerio es ver a otro predicador como rival, competencia en la palabra, o sentir que sólo él lo hace bien, al predicador se le presentan oportunidades en pláticas, en comentarios e incluso en predicaciones para externar algo acerca de su hermano predicador, momento que aprovecha para hablar de él, sus comentarios buscar eliminar la competencia del otro, de las cualidades del otro predicador habla poquisimo y resaltar las suyas por encima del competidor. No quiere que vean que el tiene ese tipo de sentimientos al contrario, esté no le llama competencia sino perfeccionamiento de la predicación, se enlista en un grupito donde el se siente seguro y sabe que es pieza importante para ellos, si el otro predicador trata de entrar en ese grupo habla mal de él, es necesario elimnarlo a como de lugar.
Le interesa mucho que sus temas sean comentados como la parte central del mensaje, se siente feliz e incluso seguro de lo que hace, el descontrol y confusión es cuando ve que el otro ha hecho algo bueno, pierde su paz, si lo elogian al otro es como una bofetada que recibe, pierde su equilibrio emocional e incluso toda la semana anda cabizbajo.
Que difícil resulta que esté predicador tenga frutos, el querer la gloria para el no deja ver a los hermanos como hermanos de ministerio, manipula los grupos para estar adelante del que se atreva a serle sombra y hay de aquel que se empiece a destacar porque tendrá el rival más duro que haya tenido.
Esté tipo de actitudes es el resultado de una formación deficiente como predicador, no conoce el valor del mensaje que trasmite y lo más triste es no conocer al predicador por excelencia que es Jesús, utiliza a Jesús como pretexto para sus fines,sus expresiones en el nombre del Señor tienen una doble intención, en verse bien ante todos y ser casi postulado como santo.
El daño es terrible los ministerios se ven divididos por chismorreos y comentarios que van contra la dignidad de los hijos de Dios, en contra de la misma palabra de Dios y en contra de la salvación de los hombres.
Amigo predicador, de vez en cuando es necesario hacer un analisis de tu ministerio, ver en cada uno de tus compañeros de ministerio los sentimientos que tienes hacía ellos, como ves a cada uno de ellos en cuanto a cualidades y ver si no hay algún sentimiento negativo. Es tan sutil está tentación que cuando menos esperas fluye como torrente para voltear tu barca evangelizadora y perderte en las aguas de la envidía. Orar a jesús de que nos aleje esté tipo de sentimientos, pedir la gracia de la predicación verdadera y la acción plena del Espíritu Santo para que en verdad haya esas grandes conversiones en las almas tan necesitasa de Dios.