La tristeza nos abruma en el corazón por el estado delicado de Matilde Martínez, sin embargo está situación nos hace orar todavía con mayor clamor a nuestro Padre y pedir por la salud de Matilde y si es su voluntad devolver esa salud; nuestro Señor Jesús en Mt 4, 24 recibía a todos los enfermos de todo tipo de mal, hoy Señor Jesús que tú corazón llene a Matilde de ese amor, de confianza, de esperanza y que en estos momentos tan difíciles la tengas entre tus brazos salvadores y que todo estó sea para tu gloria Señor. Amén.
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